Mi complemento

179 7 2
                                    

Llegué a su casa en menos de lo que esperaba, y ahí estaba él; ante mis ojos como el chico que todas querrían tener, pero en ese momento la afortunada era yo, sí yo, lo tenía frente a mí envolviendome con su muy cautivadora mirada, esa que para ese instante sentía que no quería que jamás dejara de observarme, quería que cada momento que pasara junto a él, cada mirada, cada sonrisa, el más mínimo detalle, quedara plasmado en una fotografía, no era imposible claro está, pero tampoco podía ser así, así que me conformaba con guardarlos en lo más profundo de mi corazón y mi memoria y alimentarlos con cada uno de los encuentros que venderían más adelante.

-Hola- fue casi un susurro que salió de mi boca.

-Hola-

*No podía especular palabra alguna, tenerlo cerca a mí, hacía que mis pensamientos se bloquearan por completo, no lograba procesar palabras para entablar alguna conversación; sólo me quedaba ahí, observando cada uno de sus movimientos, cada pequeño detalle que lo hacía tan único, y para mí muy diferente al resto*

-Kat, ¿te encuentras bien?

-...Sí,  dije, - Para qué querías que viniera?

*No me respondía, ¿era una broma?, aquí la que en parte tenía derecho a guardar silencio era yo, porque él era el que hacía de mi vida un huracán, ése que pasa y arrasa con todo a su paso, siendo estos pensamientos y sentimientos*

-Entiendo, si no quieres hablar, no sé que hago acá.

Di media vuelta con la intensión de marcharme, pero no conté con lo que él tenía pensado hacer, me tomó fuerte, pero sin lastimarme de la muñeca, me halo y me atrajo hacia él, ~ya se le estaba volviendo costumbre hacer eso, y la verdad no me molestaba, sentir su toque cálido sobre mí era magnífico, nada tenía comparación~, posé mis manos sobre su pecho, y me dispuse a recibir el muy apasionado beso que en ese momento estaba plantando sobre mis labios, lo que giraba entorno a nosotros se detenía, nada más importaba, no pensábamos en cualquier consecuencia que nuestros actos pudieran traer en un futuro, sólo nos disponíamos a vivir y disfrutar el momento.

No sé ni cómo y mucho menos cuando entramos a su habitación, pero ya estaba acostada sobre su confortable cama y con él en medio de mis piernas, lo impulse a que retirara de su cuerpo su camisa, él hizo lo mismo con la mía, *definitivamente sabía cómo hacer que me sintiera supremamente plena con sólo un toque, o una caricia*, dejó al decubierto mis pechos, *no puedo mentir, sentía una mucha pena, no me era fácil aceptar que él observara mi cuerpo sin tener ninguna prenda sobre éste*,  y no sé como lograba leer mis pensamientos, pero ahí estaba...

-No debes sentir pena-

-Es imposible. No es un secreto que no tengo un cuerpo perfecto, con curvas envidiables.

-El cuerpo perfecto no es el de mejores curvas; tú haces que tu cuerpo sea perfecto cuando lo aceptas tal y como es, además; a mi me gustas tal y como eres, y para mí eres perfecta.

¿Cómo decirle que no?, después de esas palabras mis temores se esfumaron, y ya no había nada que impidiera que una vez más me entragara por completo a ese ser que para mí era maravilloso.

Había derrame de caricias, besaba mi cuerpo, lo tocaba de una manera que no tendría comparación nunca, me susurraba palabras bonitas al oído, embestidas cargadas de placer, unas muy fuertes y otras tan lentas que llegaba a pensar que perdería el sentido, era suya en cuerpo y alma, sólo suya, podía hacer de mí lo que quisiera, lo que se propusiera, y yo no lo iba a impedir.

Me desperté sobresaltada, ¿Dónde estaba?, ¿Qué hacía acá?, poco a poco fui retomando el sentido y encontré las respuestas a mis preguntas, estaba al lado del hombre que quería que fuese mío siempre, después de ese encuentro tan lleno de placer caí en un corto sueño profundo, al igual que él. Verlo dormido, tan en paz consigo mismo era inigualable, y saber que fui parte de que lo lograra, lo era aún más.

¿Porqué el tiempo no se detenía en ese momento e impedía que ese instante nunca acabara?

Para tan poca edadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora