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❝ Una droga es una sustancia.
Escuchó Izuku esas palabras, retumbando en sus oídos, aún podía arrepentirse pero no lo hizo.
Por lo que escuchó, eso necesitaba para poder ser feliz solo un momento.
Que se introduce en el cuerpo.
Una pizca de sangre salió del antebrazo de Izuku luego de sacar la aguja de su jeringa. Sintió el líquido recorrer su sangre, era tan placentero.
Necesitaba eso en su vida, la necesitará toda la vida y más, eso le daba la felicidad que tanto anhelaba.
Alteran el sistema nervioso central.
Izuku estaba temblando en el piso de su habitación, sus brazos y piernas estaban con marcas de uñas rojizas.
Su sangre no paraba de arder, le picaba a más no poder y solo pensaba cuando terminaría su tortura, mientras más pensaba, más lloraba por la desesperación.
Y provoca dependencia.
— ¡Rápido! — Gritó desesperado Izuku, mientras le arrebataba las jeringas al chico enfrentesuyo.
— Wow.. tranquilo.. — Rió el chico mientras contaba los billetes que el más bajo le había otorgado anteriormente.
Si, eso es una droga.❞
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