Mi suerte [Isargas]

II: Estuvo increible el show, Marto

No hay peor desgracia que extrañar lo que nunca pasó.
—Consejo de amor, Morat ft. Tini

Después del concierto los chicos van a comer para celebrar lo bien que fue el show.

Una vez en el local piden la comida y mientras esperan ven que alguien se acerca a la mesa, pero ya que martin se encuentra de espaldas a la persona no sabe de su presencia, hasta que Simón le indica que se gire, haciéndole caso.

–¿Hola?– Martín está realmente en una montaña rusa de emociones, no sabe si quiere golpearlo, abrazarlo, romper a llorar o simplemente ignorarlo. Y es que si, se trata de su ex.

–Estuvo increíble el show, Marto. Pensé que lo dejarías– dice Carlos con una falsa sonrisa en el rostro.

Simón hace el amago de levantarse para golpear a Carlos pero Villa lo frena, dentándolo en la silla y susurrando un "no merece la pena".

–Pensé que te dolería más nuestra ruptura pero veo que ya incluso tienes novio– acusa Carlos señalando a Isaza con la cabeza despectivamente.

–El no es mi...– Martín es interrumpido por un beso de Isaza, el cual lo abraza por la cintura y sonríe ampliamente.

–Si, somos novios, y ahora quiero que te largues– habla serio Juan Pablo.

Carlos frunce el ceño y se va, dándose por vencido.

Martín y Juan Pablo, por su parte, permanecen de la misma forma de unos minutos atrás, admirándose el uno al otro de cerca, pero sólo hasta que Villa carraspea, indicando que ellos también existen, lo cual hace que las mejillas de Martín se vuelvan totalmente rojas y se separe de Isaza rápidamente, escondiendo una sonrisa mientras baja la cabeza.

La cena transcurre normal, a excepción de que Martín se ve muy mal.

–Oye Marto, ¿estas bien?– pregunta Villa.

–Estoy Bien, si, solo.. me quiero ir a casa.

–Esta bien, te llevamos– cede Simón.

–No, no, no quiero fastidiar la noche, iré solo.

–Bueno, pero ve con cuidado, ¿si?– dice Simón haciendo hincapié en la última parte de la oración.

–Esta bien– dice Martín asintiendo.

Simón se acerca a abrazar a su hermano– Te quiero bobo– susurra, haciendo sonreír un poco a su hermano.

Después de eso Martín sale del restaurante y va a su casa.

Una vez allí se sienta a ver una película en el sofá, y para celebrar el éxito reciente toma una botella de vino, bebiendo directamente de ella.

Un tiempo después se encuentra diciendo tonterías en el sofá y riéndose solo, hasta que finalmente se queda dormido con la botella en la mano.