Mi suerte [Isargas]

III: Matemáticas

Cuando te vi tuve un buen presentimiento, de esos que llegan una vez en la vida, y tu mirada me juró que si te pierdo, habré perdido la más grande fortuna.

—Aprender a quererte, Morat.

—Perdón Aleho, debo ir a ver si sucede algo, luego seguimos conversando, ¿si?— finaliza Martín y abraza al mayor con cariño a modo de despedida.

Alejo corresponde el abrazo, y cuando se separan un poco deja un beso en la frente de martín.

—Ve con cuidado, ¿si? Parece molesto contigo, te quiero— aconseja Aleho, obteniendo una respuesta afirmativa de Martín y lo ve irse en busca de ese chico.

Martín encuentra a Isa llorando en la escalera, y se acerca a el, abrazándole por los hombros, provocando que este se deshaga del abrazo y se limpie las lagrimas, levantándose bruscamente.

Martín lo detiene, tomándolo del brazo —¡Isa, detente! Explícame porque estas molesto conmigo por favor.

—Jodete Martín— escupe el más alto, marchándose.

Martín le sigue hasta el baño, donde ve que entra y rompe a llorar nuevamente.

—Isa, ya dime que te pasa por favor— suplica Martín cerrando la puerta del baño.

—Joder, ¿eres ciego o que demonios Martín? No te das cuenta de que me gustas.

—¿Que? No, yo... eso es imposible...

—Ya deja de joder, no te gusto, lo sé, no importa, ya me voy.

Martín detiene nuevamente a Isa de irse —¿Porque dices eso?

—Porque claramente estas loco por el estupido profesor de Historia.

—¿Aleho? Cielos Isa, el es mi mejor amigo, junto a Villa claro. Nunca podría enamorarme de mis mejores amigos.

—Entonces ¿porque el te mira de esa forma?

—Aleho es como mi hermano mayor, no creo que me mire de otra forma.

—Está bien, pero nada de eso cambia que yo a ti no te gusto.

—Isa...

—Está bien, no digas nada, déjalo así, ¿si?

Martín se deja llevar por el impulso de emociones, parándose de puntitas para enredar sus brazos en el cuello del contrario y unir sus labios en un beso.