XIV: Novios

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Sabes bien que yo, yo te salvé de mil tormentas
Pueden ser más, perdí la cuenta
Pues mi pronóstico fue estar contigo, estar contigo
Y tú, si ya no hay sismo que te mueva
Intenta verme y ponte prueba
Pues tu pronóstico es estar conmigo, estar conmigo

—Mil tormentas, Morat

Juan Pablo baja del coche y agarra a Martín por la cintura, saludando a ambos chicos

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Juan Pablo baja del coche y agarra a Martín por la cintura, saludando a ambos chicos.

—Bueno, ¿nos vamos, cariño?— pregunta el del sombrero a Martín, el cual asiente.

—Vámonos a casa.

—Bueno Marto, un placer verte de Nuevo, buena noche chicos— dice Carlos despidiéndose mientras se aleja.

Ambos chicos van al coche y Martín se sienta en el asiento del copiloto con una sonrisa.

—¿La pasaste bien, cielo?

—Sí, me divertí mucho.

—¿Ah, si?

—Síp, pero no más que contigo, tranquilo.

—Bueno, eso suena mejor.

—¿Simón hizo un drama, verdad?

—Oh, siempre los hace, ya hasta andaba diciendo que ibas a acabar en la cárcel— admite Isa, riendo.

—Pues si suena como algo que diría Simón.

Ambos ríen, sintiéndose como en casa.

—¡Moncho, te traje un regalito!— exclama Juan Pablo, bromeando

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—¡Moncho, te traje un regalito!— exclama Juan Pablo, bromeando.

Simón corre hacia el recibidor, abrazando a su hermano dramáticamente.

—Ay baboso, me asustaste, pensé que morirías o algo así— dramatiza con humor el de gafas.

—Estoy bien, solo tomé un par de tragos— tranquiliza Martín— con mi ex...— murmura.

—¡¿CON QUIEN?!

—Con mi ex— vuelve a murmurar.

—Ay no pero yo los mato, ¡¿como es que sabían y no me avisaron?!

Mi suerte [Isargas]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora