Te metiste con mi mino

Emocion telefónica

Al otro día, Hakkai llegó a su casa. Supuso que estaba vacío, ya que era la hora del club de voley de Yuzuha y el taller de tejido de Taiju.

Tenía una resaca de la perra y obvio si tomo hasta el agua de los floreros y se voló hasta ver estrellas en sus manos, así que llegó a tirar a su camita.

-¿Y si lo llamo?- Miró su celular con ansiedad, pero, él que no le tenga miedo a morir que no nazca.

En otra parte de la ciudad se encontraba un lindo pelimorado, quien veía la ventana con angustia, hace ya casi un día entero que no sabia nada de Hakkai. Lo estaba matando la ansiedad y preocupación.

-¿Seguirá enojado?

-Llámalo po.- Dijo Draken quien jugaba con las hermanas de su mejor amigo.

-NO. ¿¿QUE PASA SI SIGUE ENOJADO?? ¿Y SI ME DICE QUE YA NO QUIERE SABER DE MI?

-Weon de ver tantas telenovelas del mega se te pego lo melodramático.- Volteo los ojos.

-Puta que eri de ayuda culiao. Me encanta tu apoyo.

-Soy tu mejor amigo, te diré la verdad no lo que tu quieres oír.

-¿Con esa estamos? Ya no ma'. No es mi problema si le llega E S E video a la Emmita.

Draken abrió los ojos como platos mientras volteaba en 360° a Mitsuya.

-NO WEI CON ESO MITSUYA, QUE TE JURO QUE MI DIGNIDAD SE VA A LA CRESTA.

-¿Teni' dignidad?

-Culiao pesao. Por eso el Hakkai no te pesca.

-Ya.- Dijo con tono triste mientras se le hacían ojitos de perro mojado.

-Puta oh Mitsuya. Ya ven para acá, perdón mano, no quería decir eso.- Se levantó del piso donde estaba con las niñas y se acercó al pelimorado dándole un abrazo y un nanai.- ¿Me perdonai'?

-Si queri' mi perdón tienes que comprarme de los que me gustan.

-¿Altos y con el tremendo pico?

-DE LAS GOMITAS AWEONAO. Enserió que wea te ve la Emma.

-Es que soy una wea perfecta, hago todo perfecto. Música perfecta, notas perfectas. Soy una wea espectacular.- Draken esperaba risas de su compañero pero en cambio tenía cara de haber visto un fantasma.- Era sarcasmo Mitsu, tampoco es pa' que me miri' así.

-Draken, weon. ¡ME ESTA LLAMANDO!

-¿Quién?

-Tu mamá en calzones.- Dijo sarcástico.- EL HAKKAI PO LONJI.

-ª

-¿¿¿QUE HAGO???

-CONTESTALE AWEONAO, RÁPIDO RÁPIDO.

Todo tembloro acepto la llamada, con todo el miedo del mundo acercando el celular a su oreja.

-¿A-alo?

-Mitsuya, ¿quieres venir a mi casa? Para que hablemos.

El pelimorado se entristeció un poco, no le había llamado "Taka-chan" como lo hacía normalmente.

-Bueno...¿Tus hermanos están ahí?

Del otro lado de la línea, estaba un Hakkai con tic en el ojo por la última frase, estaba apunto de conectarle "¿¿Acaso no quieres venir a mi casa si no esta el atontonao del Taiju??"
Pero prefierio calmarse y evitar aquellas palabras.

-No. Tengo casa sola ¿Vienes?

-¡SI!- Carraspeo.- Ejem, digo. Si voy para allá en 10.

-Yapp, avísame para ir a abrirte.

La llamada se acabó y la alegría alegría de Mitsuya desborada como agua.

-¡QUIERE QUE VAYA PARA ALLÁ!

-Trata de no quedarte hablando con el Taiju si po, si no quieres que se enoje más de lo que se fue la otra vez.

-Dijo que esta solo, quiere hablar conmigo.

Draken se quedó mirando a su amigo unos minutos sin decir nada.

-"Hablar" Si claro, así se le dice ahora.

-¿Qué?

-Va a llegar así de la nada la Yuzu o el Tai y ustedes van estar metale metale.- Dijo entre risas.

Mitsuya no entendía nada de lo que se refería el entrenzado.

-¿Metale Metale? Que wea Draken.

El más alto miró a las niñas un microsegundo.- Niñas vayan a la pieza un ratito voy con ustedes en breve.- Ambas asintieron y fueron, no si antes una última petición.- Mana voy a tomar unos de tus peluches ¿Bueno?- La menor asintió y entro a su pieza junto a su hermana.

-¿Contexto? Draken qué wea te fumaste?

-Ya Mitsuya presta atención. Tu eres este peluche y yo soy el Hakkai ¿Ya?- El más bajo asintió extrañado.

Comprendió todo cuando el Rubio agarro al peluche pretendiendo que se lo estaba culeando.

-¡DRAKEN! COMO PENSAI' ESA TONTERA. ¿QUE TENI' EN LA CABEZA CULIAO?

-No sé yo solo digo.- río divertido por la reacción de su amigo.- Ya oh, anda para allá yo veo a las niñas.

Asintió retirándose del hogar, no sin antes darle el dedo de en medio y su mejor cara al contrario por sus suposiciones absurdas.

(...)