El novio perfecto.

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-Takano-san, Takano-san...-El castaño sacudía varias veces al mayor en busca de que este despertase de su profundo sueño. La alarma había sonado, lo que significaba que el pelinegro debía despertar sí o sí.-Despierte, Takano-san.-Pincho varias veces la mejilla de su novio, consiguiendo que este frunciera el ceño en señal de irritación.

-Ya te oí, ya te oí.-Takano tapó la boca de Onodera con su mano, haciendo que el pequeño parpadeara varias veces.-Ya me desperté.-Se enderezó en la cama y se sacudió un poco el cabello.

-Iré a preparar el desayuno.-Dijo Ritsu, a lo que el mayor asintió lentamente al tiempo que cerraba sus ojos de nuevo.

Onodera Ritsu salió rápidamente de la habitación que compartía junto con su novio en dirección a la cocina. Al castaño se le había hecho difícil cocinar al principio pero luego que aprendió a hacerlo bien, también aprendió a disfrutarlo.

-Vamos a ver qué hay...-Abrió la nevera y colocó su dedo índice sobre su barbilla, estaba pensando al mismo tiempo que miraba todos los ingredientes sobre el dispositivo.-Creo que voy a hacer... ¡ya sé!-Saco las cosas necesarias para hacer unos panqueques y luego cerró la nevera nuevamente.

-Buenos días.-Takano bajaba las escaleras rascándose el cuello y bostezando levemente.

-Buenos días.-Onodera colocó una taza de café enfrente del pelinegro, recibiendo un agradecimiento de su parte.-Takano-san, ya casi no hay huevos ni leche... y también faltan otras cosas.-

-Hazme una lista.-El mayor tomó la taza y la llevó hasta sus labios para comenzar a beber. El pequeño asintió ante sus palabras para después servirle los panqueques.-Gracias por la comida.-Tomó el tenedor a su lado para cortar un poco de su comida.

-De nada.-El castaño se sentó enfrente del mayor, comenzando a comer los panqueques de su propio plato.

La hora del desayuno transcurrió con total normalidad y después de terminar, Onodera se llevó los platos sucios para dejarlos en el fregadero. Takano, por su parte, se fue a arreglar para irse a trabajar.

-Takano-san.-El pequeño se asomó por entre la puerta del baño para ver al pelinegro bañándose tras la cortina.-Aquí le dejó unas toallas limpias para que se seque.-Sin esperar algún tipo de respuesta, el castaño se fue.

Onodera tenía una rutina que seguía casi sin chistar todos los días. Se levantaba primero que su novio, se encargaba de despertarlo y después le servía el desayuno, para luego de que el pelinegro se fuera, comenzar a limpiar la casa. Era una rutina monótona y algo aburrida, pero le ayudaba a distraerse durante todo el tiempo que el mayor no estaba a su lado.

-Ritsu, ya me voy.-El menor corrió rápidamente hacia la puerta, llevando en las manos aquella lista que el pelinegro le había dicho que hiciera.-Gracias.-Takano tomó el papel y lo dobló para colocarlo en su bolsillo.-Nos vemos.-Onodera se empinó un poco hacia arriba para recibir el beso de despedida por parte de su novio.

Takano colocó su mano sobre la mejilla sonrojada del castaño y dobló la cara para conseguir un beso más profundo. Ritsu colocó sus manos sobre su pecho y cerró los ojos para poder disfrutar del beso con total libertad.

-Cuídate.-Onodera se despidió del mayor y se sentó sobre el suelo mientras lo veía irse. Tal como hacía todos los días, trató de ver que había más allá de la puerta de su casa, pero solo alcanzó a ver otra puerta más allá.

Ritsu suspiró al tiempo que sacudió su cabeza para alejar aquellos pensamientos peligrosos de su mente.

Era hora de limpiar.

-Estoy en casa

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-Estoy en casa.-Takano dejó su maletín y su saco en la entrada. Se sentó sobre el suelo y se quitó los zapatos, esperando escuchar el ruido de los pies de su novio viniendo a recibirlo con un abrazo... cosa que no pasó.-¿Ritsu?-Doblo un poco su cuerpo para mirar hacia atrás, encontrándose solamente con el agobiante silencio de la casa.

-¿Ritsu?-Takano se levantó rápidamente y empezó a buscar al menor por toda la casa.-¡¿Ritsu, dónde estás?!-El pánico de que el muchacho se hubiera ido lo abrumó por completo hasta que escuchó un pequeñísimo sonido proveniente de su armario.

Takano calló enseguida y se acercó hacia el closet del cuarto que compartía con su novio. Debido al pánico, no había visto qué pequeñas gotas de rojo oscuro formaban un camino que lo llevaba directamente hacia aquel armario.

-¿Ritsu?-El pelinegro abrió la puerta lentamente, suspirando al encontrar al castaño hecho bolita en la esquina.-Rayos, está vez sí que me asustaste...-Masamune alargó su mano hacia él, dispuesto a sacarlo de una vez por todas de ahí, pero se detuvo a medio camino cuando el pequeño se pegó aún más al armario solo de ver que se acercaba.

-Mmm...-El mayor se echó un poco hacia atrás y su mirada amable se convirtió en un pozo negro que intimidó aún más a Onodera.

-Perdón.-Dijo el pequeño en un susurro, tratando de ahogar sus lágrimas.-Por favor, no me encierres en la habitación oscura.-Asomo un poco sus ojos, abiertos como los de un venado que trataba de escapar de un cazador. Ritsu estaba asustado, muy asustado, pues esta vez... no lo había hecho a propósito.

-¿Qué fue lo qué pasó?-Sabiendo que debía tranquilizarse, Takano respiró profundamente antes de volver a hablar.-Explícame y tal vez no te encierre de nuevo.-

-Es qu-que...-Onodera desvió la mirada y volvió a ocultar su cabeza entre sus rodillas.-Estaba cocinando...-Masamune asintió, diciéndole que continuará.-Y tome el cuchillo para cortar la carne y... y me corte en la mano sin culpa.-El castaño acercó la mano herida hacia su novio, sin poder evitar temblar del miedo.

-Ah, entiendo.-Takano acomodó la herida entre sus propias manos y la reviso superficialmente.-Esta bien, fue un accidente.-El pelinegro se levantó y sacó un botiquín del escritorio en su cuarto, para después vendar la mano del pequeño con cuidado.-Sabes que debes tener cuidado ya que tus heridas no se cierran solas.-Acercó la mano del menor a sus labios y le dio un leve beso.

-¿No me vas a castigar...?-Pregunto el pequeño, a lo que el mayor negó.-¡¿En serio?!-Exclamo emocionado.-Gracias, gracias, gracias.-Onodera salió del closet para abrasar a su novio con fuerza, rodeando su cuello con sus brazos y poniendo la cara del pelinegro sobre su pecho.

-Fue un accidente, no te voy a castigar por eso.-Takano sentó al pequeño sobre sus piernas y comenzó a acariciar su espalda, tratando de calmarlo.-Pero ya sabes que debes tener cuidado, ¿ok?-Se alejo un poco sin soltarlo, lo suficiente para verlo a la cara.

-Sí, Takano-san.-Ritsu se inclinó para besarlo un poco, haciendo sonreír al mayor entre beso y beso.

-Vamos, debo curarte esa herida.-El castaño asintió y se levantó, dejando ir a Takano por sus cosas.

Onodera Ritsu se sentó en el suelo luego de que él se fuera, pensando que era muy afortunado de tener...

Al novio perfecto.

Bueno, esto iba a ser una historia así salida de la nada pero mi beta me dio la idea de que fuera el especial de halloween y me puse manos a la obra para poder publicarlo antes del 31 😎

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Bueno, esto iba a ser una historia así salida de la nada pero mi beta me dio la idea de que fuera el especial de halloween y me puse manos a la obra para poder publicarlo antes del 31 😎

Ya es octubre así que aquí está el primer capituló de este corto especial, espero que lo disfruten.

Cambio y fuera mis amigos. Aquí Todoroki19.

Los secretos de mi novio.➖Sekai-Ichi Hatsukoi.➖Donde viven las historias. Descúbrelo ahora