Takano y Onodera están juntos teniendo una relativa vida normal, pero Onodera tiene prohibido salir de la casa y atrapado cómo está, nos mostrará los secretos más oscuros de su querido novio.
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Aclaraciones:
⚠️ Los personajes pertenecen...
-Takano-san...-La cuchara del pelinegro se detuvo a medio camino de su boca al escucharlo.-¿Qu-qué hay allá afuera?-
-¿Por qué lo preguntas?-Takano lo miro directamente a los ojos, asustándolo levemente al sentir que estaba preguntando sobre algo prohibido.
-Es qu-que... bueno.-El castaño trago saliva con fuerza y bajo la mirada hacia sus manos.-Siempre me has dicho que no hay nadie más que tú y yo y... y me preguntaba por qué solo estamos nosotros dos, ¿qué hay allá afuera? ¿Por qué no puedo salir?-
Takano lo miro fijamente un segundo más antes de desviar su atención hacia el plato de comida que lo esperaba. Alzó la cuchara y comenzó a masticar nuevamente, haciendo pensar a Onodera que su pregunta se quedaría sin respuesta.
-El mundo allá afuera, como ya te he dicho antes...-El pequeño fijó toda su atención en él, sus ojos brillaban al pensar que por fin escucharía algo más sobre el mundo exterior.-Es horrible.-Los labios del castaño se alargaron en una línea recta.-Lleno de monstruos que consumen tu alma y te chupan la vida, es así.-
-Y... ¿y por qué Takano-san sí pu-puede salir y yo no?-El menor revolvía su plato con el tenedor, incapaz de mantenerle la mirada a su novio.
-El mundo exterior se comería a alguien como tú.-El pelinegro alargó su mano por sobre la mesa que los separaba y la colocó en la mejilla del menor, haciendo que este lo mirara.-Solo quiero protegerte, que tu vida sea feliz y buena. No necesitas nada más que a mí.-El castaño se sonrojó al verlo.
-Pe-pero...-Cualquier posible queja que Onodera pudiera tener murió en su boca al momento de ver la expresión de desacuerdo del mayor.-Entiendo.-
-El mundo exterior no te merece, Ritsu.-Pensó Takano mientras una sonrisa melancólica se formaba en su rostro.
Él mejor que nadie lo sabía.
-¿Por qué tu repentino interés en lo qué hay afuera?-Los ojos del mayor se entrecerraron mientras su ceño se fruncía levemente.
-No es por nada...-Onodera continuó revolviendo su comida en un intento de desviar la conversación de aquella dirección que era tan peligrosa para él.-Nada.-Sonrió inocentemente.
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Un día antes.
-¿Hola? ¿Hay alguien ahí?-Onodera se pegó cuanto pudo a la puerta para poder escuchar mejor.
-¿Hola?-Dijo en respuesta.
-¡¿Hay alguien ahí?!-La persona al otro lado parecía sorprendida de escucharlo.
-Sí, estoy yo.-Respondió con más fuerza que la vez anterior.
-¡En serio hay alguien! ¿Estás bien?-La emoción de la persona tras la puerta era palpable en su voz.
-Estoy bien.-Hubo un tiempo de silencio en donde ninguno dijo nada hasta que Onodera decidió hablar:-¿Sigues ahí?-
-¡Sigo aquí! Lo siento, es que estoy...-Escucho el forcejeo de la puerta más allá de la suya.-Tratando de abrirla pero no puedo.-
