❝Making Cookies❞

【Single Chapter】

❝Making Cookies❞

"A Anne le gustaba regalarle galletas a Marcy, a marcy le gustaban las galletas."

"Marcy también quería darle galletas a Anne, porque amaba las galletas, y amaba a Anne."

″Humo, eso era todo lo que llenaba la cocina de la casa de las jóvenes esposas, Marcy Wu y Anne Boonchuy″.

″Al recién percatarse del fuerte olor a quemado que provenía de la cocina, la azabache rápidamente fue corriendo hacia el horno(cayéndose en el proceso) para apagarlo″.

″Cuando apagó el horno, quiso sacar una bandeja de galletas que se encontraba dentro de ahí. Al solo tocar con la punta de su dedo índice aquella bandeja, soltó un quejido de dolor. No tenía los guantes para cocina″.

″Acercó su dedo a la boca, chupándolo para aliviar el pequeño dolor, mientras hacia eso, miles de groserías quedaban en su mente, queriendo salir de su boca″.

″Ya con el dolor disminuido, volvió a acercar mano a la bandeja, esta vez con guantes. No era tan tonta como para hacer esa gran estupidez otra vez″.

—¡Y aquí tenemos...! otro fracaso, genial.

″Se dijo a si misma viendo las galletas quemadas en sus manos con guantes. Ya era la sexta vez en el mes que intentaba hacer que le salieran bien, pero siempre terminaba en fracaso total. Salían saladas, aplastadas, sin sabor, muy dulces, e incluso una vez, agrias″.

″Esta vez, volvieron a quemarse, y no se veían para nada comestibles″.

″Un suspiro de irritación salió de sus labios. Cómo las galletas se habían quedado pegadas a la bandeja, mojó esas cosas hechas de harina, dejándolas en el lavado por un rato así se podrían salir con facilidad″.

″Del bolsillo de mantel que tenía usando sacó una libreta llena de garabatos y palabras. "No dejar las galletas más de 50 minutos en el horno o dibujar mientras espero a que se cocine la masa", fue lo que anotó ahí″.

″Su mirada se fijó en un teléfono fijo el cual se encontraba en la pared al lado de la puerta de la cocina. ¿Quién diablos tenía un teléfono así aún hoy en día? Pues ella, y las señoras mayores de 40 años para arriba, seguramente. Pero es que, un teléfono así era algo que a ella le encantaba tener. Se sentía una abuelita con eso, y era divertido″.

″Sin perder más tiempo, corrió hacia donde estaba el teléfono, para marcar a su buena y querida amiga, Maddie″.

″Tenía suerte de tener a una amiga hija de un gran panadero″.

[...]

″Al rededor de unos considerables minutos, la chica de cabello rosa llegó al hogar de la taiwanesa, tocando la puerta fuertemente para ser escuchada por la de ojos marrones, quien abrió la puerta tan rápido escuchó el sonido de golpes en su puerta″.