Capitulo 1

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—Es una cosa linda, ¿verdad? —Robert observó, siguiendo la mirada de Mew, que estaba fija en el guapo hombre en el bar.

—Sí, está bien. —Mew se encogió de hombros.

—Más bien como una puta caliente, ¿no te parece? — Robert se entusiasmó y, por una vez, Mew estaba de acuerdo con él por completo. Dejó que su mirada vagara por esas piernas largas y delgadas en el apretado traje de cuero y más arriba de la dura línea del cuerpo del hombre a su cabello oscuro, ondulado seductoramente sobre el cuello de su chaqueta de cuero. Aunque de espalda, ahora el desconocido se giraba hacia él y Mew obtuvo una vista suficientemente larga de su cara para saber que coincidía con el atractivo cuerpo. Se preguntaba si debería tratar de hacer un pase cuando la sensación desagradable de ser observado le hizo centrarse en Robert de nuevo. Al parecer, seguía esperando una respuesta. —Ya dije que está bien, ¿no?

—Te apetece. —No era una pregunta.

—Bueno, creo que no puedo negarlo, aunque los guapos no son necesariamente buenos en la cama. Además, podría estar cubierto de manchas o tener una espalda peluda. —Mew trató de oírse mucho más indiferente de lo que se sentía. Tomó otro sorbo de su bebida, sabiendo que debía reducir la velocidad, pero estaba disfrutando la sensación, también del mareo que se formaba en la boca de su estómago.

—Puedo asegurar, que lo que hay debajo de su ropa es tan bonito como su cara. Y él es genial en la cama.

—¿Lo es?

—Absolutamente.

Mew estaba a punto de dejarlo y sólo cambiar el tema, pero algo en el rostro de Robert mientras miraba al bello desconocido le hizo cambiar de opinión. Él suspiró y mordió el anzuelo.—¿Cómo lo sabes?

La expresión de Robert se volvió petulante. —Lo he
tenido. Repetidamente. Él es todo mío.

Mew rápidamente levantó su copa para ocultar la sonrisa en su rostro. Robert podría ser divertido para hablar, y a algunos de los chicos en el club le gustaba como Dom,
pero también tenía una reputación de ser un desvergonzado presumido que podía inventar historias para llamar la atención sobre sí mismo.

—¿Es tuyo? —Mew no se molestó en mantener la incredulidad en su voz. De ninguna manera alguien que se parecía al chico en el bar estaría con alguien como Robert.

Sobre todo ya que todo el lenguaje corporal del hombre, desde la espalda recta y la cabeza elevada con orgullo, decía claramente que el camarero era seguro de sí mismo y fuerte, un confiado macho alfa independiente.

Robert siempre quería a sus hombres mansos y sumisos.

—Sí. —El tono de Robert y la expresión de su rostro hizo que un escalofrío recorriera la columna de Mew—. ¿No me crees, verdad?

Mew tomó una vacilante respiración. —Bueno, realmente no se ve como el tipo usual —respondió con cautela.

—¿No? Entonces, ¿qué aspecto tienen usualmente?

Definitivamente había un tono desagradable en la voz de Robert, pero él no estaba enojado, era... un desafío.

Competitivo. Mew se encogió
de hombros y dio las gracias al camarero que había traído sus recargas. No quería
discutir, pero al parecer Robert estaba decidido a irritarlo. Y estaba empezando a tener éxito.

—Simplemente no se ve como el usual tipo sumiso.

—Las apariencias pueden ser engañosas —dijo Robert
cruzando los brazos.

—Sí, bueno, me preguntaste. Si me preguntas, ese tipo es completamente del de arriba. No creo que sea el de abajo
para nadie, y mucho menos un sumiso. Realmente una
lástima. —Mew se tomaba con un pequeño orgullo el hecho de que tenía una extraña habilidad no sólo en reconocer al instante si un hombre era gay o no, sino también lo que les gustaba hacer en la cama. Antes incluso de acercarse. Hasta
el momento, no se había equivocado ni una vez. Vació la mitad de su copa de un gran trago, preparándose para terminar la conversación, cuando Robert le dio una sonrisa maliciosa.

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