Capitulo tres

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T/n

Cinco se separó del beso y sin habérmelo esperado, agarró la corbata que estaba a un costado de la cama y me la colocó en la boca amordazandome.

Entendí el porque en el instante en el que entrelazo nuestros dedos, los llevó arriba de mí cabeza y comenzó a embestirme con mayor fuerza, azotando mis senos sin pudor alguno

-te excita que te azote así no? - dijo él jadeante - pequeña zorra te encanta, siento tu entrada más húmeda que antes

En un movimiento rápido abrió mis dos nalgas y empezó a embestirme más rápido aún.

Quien diría que el sexo sería jodidamente placentero y tan indescriptible. Esto superaba por mucho las espectativas que tenía

Y cuando creí que el momento no se podía poner más caliente, él empezó a susurrarme vulgaridades al oído mientras me azotaba los muslos y empezaba a dar penetraciones duras y pausadas

-Es una pena que no seas una stripper - dijo soltando un gruñido - pagaría millones solo para verte bailar o tenerte así una noche más

Tanto efecto causaron en mí esas palabras que sentía como mí vagina apretaba su pene con más fuerza que antes

-me encanta que me aprietes así -dijo él agitado mientras yo agarraba su cabello con fuerza hacia atrás

Solté un grito ahogado por la corbata que tenía en mí boca, sintiendo como mis fluidos mojaban su pene y como si fuera poco en unas embestidas más cinco logró correrse

Salió de mí, se sacó el condón, le hizo un nudo y lo tiró a la basura, yo sólo cerré los ojos tratando de regular mí respiración mientras sentía que él se acostaba a mí lado

Cinco

Fue fantástico, ahora entiendo porque Diego se la pasa en el club.

Observé de reojo a mí costado a t/n, estaba descansando, mire hacia mí otro costado y el reloj marcaba las 5 am?!

Bueno, supongo que el tiempo pasó bastante rápido tendré que descansar y dejar descansar también a t/n, al menos hasta mañana

Por último veo las marcas rojas de sus manos en mis brazos, sonrió orgulloso al saber que ella llegó a sentir tanto placer que apretó mis brazos con fuerza

Mis ojos empezaban a pesarme, los fui cerrando poco a poco hasta quedar dormido


Un Amor Masoquista Donde viven las historias. Descúbrelo ahora