En esta historia Cinco y t/n tienen un problema en común, ninguno de los dos logra excitarse.
Por el simple hecho de que nada puede hacerlos sentir algo de placer...
O no han encontrado la motivación correcta
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Estaba por correrme, la verdad desde hace un buen rato trataba de postergar más mí orgasmo, para así tener más tiempo con cinco ya que recordé que tiene que volver a su casa y no podríamos hacer un recorrido por toda mí casa
Pero después de las palabras que me dijo supe que ya no podría aguantar más, apreté más su pene y en menos de diez segundos ya se veían mis fluidos transparentes mezclados con su semen
Trataba de recuperar mí respiración mientras empezaba a buscar mí ropa con la vista, al encontrarla me dispuse a ir por ella, pero antes de que pudiera hacer algo cinco volvió besarme
-No hemos terminado mí amor -dijo cuando se separó de mí boca
-tienes que volver a tu casa, por lo que me has contado tu padre es un hombre estricto y supongo que llegará a castigarte si llegas tarde a tu casa- dije con una mueca
Vi como él miró el techo pensativo mientras se vestía y después hablo
-ire a mí casa, pero volveré exactamente a las doce, espero que para ese momento estes esperándome desnuda en tu cama - dijo agarrando mí cintura para atraerme más a él - lista para seguir el recorrido por toda la casa
Yo solo lo miré a los ojos y lo besé, él me siguió el beso pero luego de unos largos segundos se separó
-fue lindo conocer la sala - dijo sonriente mientras comenzaba a caminar hacia la puerta, y cuando llego a esta volvió a hablar - nos vemos más tarde hermosa
-nos vemos lindo - dije con una sonrisa estúpida que nunca me di cuenta que saque
Sin más que decir salió de mí casa, en ese momento fue en el que me dispuse a vestirme para después limpiar nuestro desastre de fluidos, pues si llega a venir de sorpresa alguna de las chicas no quiero que esté eso ahí
Eso me recuerda, el regalo de Cleo....... Supongo que puedo abrirlo mientras espero a cinco más tarde, después de todo es mí regalo
Cinco
Llegué a mí casa y como lo supuse, padre estaba en la entrada esperándome
-llegas media hora tarde número cinco - dijo padre con una voz firme
-lo sé padre, lo siento - dije con la cabeza baja para que pensará que me había arrepentido, pero en realidad nunca me arrepentiré del por qué llegue tarde
-tus disculpas no arreglan tu indisciplina, les di solo un día para que conozcan el mundo que los rodea, y dispuse un horario específico para que no se arruinara su disciplina - dijo con una mirada fría y de superioridad hacia mí - como castigo mañana no obtendrás ningún descanso en el entrenamiento y en su lugar tendrás que correr mientras los demás descansan
-pero padre yo ... -
-nada de peros número cinco, da gracias que soy un padre comprensible, de otra forma te hubiera llevado al sótano sin dudarlo - dijo mientras se daba la vuelta para entrar a la academia
Yo solo podía seguirlo mientras lo miraba con rencor y odio
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*El cinco trata de excusarse*
El Reginald :
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