Un Amor Masoquista

capitulo siete

Cinco

Empezaba a dar embestidas más rápidas mientras apretaba con fuerza su cadera, haciendo que su vagina empezará a ponerse bastante roja poco a poco

Sabía que le gustaba porque trataba de gemir pero no podía ya que la almohada se lo impedía

Comenzó a arañar mí espalda conforme aumentaba el placer y sudor de nuestros cuerpos

-t/n! - grite antes de correrme completamente aún dentro de su vagina

-cinco! - dijo ella segundos después sacando la almohada de su boca mientras tiraba sus fluidos sobre mí pene

Un minuto después reaccione, lo habíamos hecho sin condón, mire a t/n con los ojos más abiertos de lo normal

Iba a decirle cuando de repente

<<Pipipipi>>

Abrí los ojos rápidamente y me di cuenta de que todo había sido un sueño

Este había sido mí quinto sueño húmedo con ella está semana, mire debajo de mis sábanas y tenía una gran erección

Vaya, por más que haya sido excitante, para  que ese problema se calme solo necesito mantener mí mente en blanco, y no estar pensando en azotar los glúteos de esa hermosa mujer

Ojalá pudiera repetir esa noche t/n, han pasado dos semanas y aún eres la chica de mis sueños húmedos

T/n

Han pasado dos semanas desde aquel encuentro con cinco, y se podría decir que tengo motivación en la mañana para poder tener al menos un orgasmo

Pienso en él por las mañanas y a veces por las noches también, pero no puedo volverlo a encontrar para por lo menos convivir y llegar a hacernos amigos

No sé su dirección, tampoco tengo su número y mucho menos se dónde puedo encontrarlo

Hoy por la noche iré con las chicas a los bolos, estoy emocionada pues lo hacen por ser mí cumpleaños y espero con ansias la sorpresa que me tienen preparada

Llegué justo a tiempo, pero no vi a las chicas por ningún lado, y decidí quedarme sentada en una mesa cerca de la puerta

Empecé a mandar mensajes a un grupo en el que estábamos todas para ver si alguna contestaba

Lo extraño era que no le llegaban los mensajes a ninguna de ellas

-lo que me faltaba - dije hablando sola mientras comenzaba a desesperarme

De repente vi entrar al chico de ojos verdes, y mí corazón empezó a latir con mayor fuerza

Tragué saliva y baje mí mirada al suelo, por más que lo desee bastante no le quita el hecho de que me ponga nerviosa con solo verlo