Parte 3

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Harry trató de respirar con normalidad, había sido un completo cobarde por haber huido como lo hizo, su pulso estaba agitado, ¡por Merlín! ¿Por qué ahora? Cuatro años después. Tom lo saludó como si nada sucedió entre ellos en el pasado. Harry quiso golpearse a si mismo por pensar en eso. ¡No había pasado nada entre ellos! Nada sucedió.

Harry recordó como fue dormir una noche al lado de Tom, recordó como su profesor lo rodeaba con sus brazos como si fuera de su propiedad, esa forma posesiva que tenía de hacerlo sentir suyo...

El joven Señor Potter cerró fuertemente sus ojos, queriendo no pensar en ello; su apartamento era un refugio en situaciones como estás.

Miró las botellas de Whisky de fuego, tomó una y se dirigió a su cuarto, bebió hasta terminar la botella para luego estrellara contra la pared.

Aún se sentía herido.

¡Qué patético!

No podía lidiar con el abandono de Riddle.

Quiso llorar, no lo hizo... se dijo a si mismo que tenía más orgullo que esto. No podía seguir afectado por Tom Riddle.

Una risa amarga se escapó de sus labios.

Él seguía afectándolo.

Nunca vería el fin.

Riddle se había hecho más grande en él con su ausencia.

~•~HP

Harry había desaparecido por una semana completa, su madre estaba indignada con él, la siempre amable y adorable Ginevra Weasley había corrido a contarle lo ocurrido, cómo ese hijo suyo la había denigrado y calumniado en el Ministerio de Magia. La jovencita había llorado lágrimas de cocodrilo para convencer a su supuesta suegra.

Ginny llegó tan lejos como para ir corriendo a casa de su hermano, Ron, a contarle a él y a Hermione cómo la había tratado su futuro esposo; ambos estaban furiosos para gran alegría de la menor, sentía que poco a poco iba ganando puntos a su favor. Con sus padres, la historia fue la misma; era una verdadera lástima no tener a todos sus hermanos cerca.

Ginny tenia a su favor a Lily Potter, Ron, Hermione y a sus padres; tarde o temprano Harry cedería ante la presión y se daría cuenta que no había más bruja en el mundo que ella, ella debía casarse con él, ser la futura Lady Potter y disfrutar de todas aquellas bóvedas llenas de billones de galeones.

~•~HP

Harry regresó a casa el día de las famosas cenas familiares que daba su madre, Ginevra Weasley sonrió al ver a su futuro marido una semana después del incidente del Ministerio. Ahora contaba con ayuda extra, Ron y Hermione ya estaban de su lado.

—Hijo, ¿en dónde has estado? Estuve tan preocupada por ti —dijo Lily reprendiendo a su hijo de forma autoritaria.

—Tenía asuntos que resolver —dijo en tono áspero.

—Invite a Ron y Hermione con la esperanza que te hagan entrar en razón. Ya supe de tú forma de tratar a la pobre Ginny. No te crie así, hijo...

—¿Podemos cenar? Puedo irme si quieres...

—Primero, hablaremos... Luego, la cena.

—Escucho —dijo sentándose en un sillón solitario, despreciando el lugar que estaba vacío a la par de la única mujer Weasley nacida.

Harry miró a su padre que parecía resignado y un poco cansado, su madre y amigos de la escuela parecían enfadados con él, Ginevra estaba emocionada ante las expectativas. Al parecer el único ser recional era su padre.

Antojo sexualDonde viven las historias. Descúbrelo ahora