Creo que te perdí// the black phone

Capítulo 1.

Llegué al colegio y todo el mundo estaba amontonado en una esquina del patio delantero, rodeando a algo o más bien a alguien. No tenía mucho interés en saber de que se trataba, pero mi opinión cambió cuando escuché a unas niñas que estaban cerca de mi susurrar el nombre de mi novio, de Moose.

Mi atención directamente se fue para ellas, quemándolas con mi mirada, no me cortaba ni un pelo si se trataba de Moose. Y mucho menos iba a dejar que ensuciaran su nombre delante de mi.

Con un dolor de cabeza inevitable y un murmullo que no ayudaba, decidí acercarme para saber de que se trataba, la gente se me quedaba mirando, como si me estuviera pasando algo a mi, pero por lo que yo  se, estoy bien.

Mis ojos se entreabrieron cuando vi a Moose peleando con Robin. Supongo que no sabéis quien es Robin, es como el malote de la escuela, por decirlo de alguna manera. Pelo largo, casi siempre lleva una venda que le cubre la frente, pantalones vaqueros, camiseta de tirantes, es lo que se me viene a la mente cuando me hablan de él.

No podía creer que Moose se estuviera metiendo con él, Moose es mucho mas grande, pero Robin sabe pelear y tiene más fuerza, le machacaría en una pelea.

Cuando llegué estaban frente a frente, quietos, y como no, Moose insultando.

Todos sabemos como es Robin, Moose sabe como es Robin, de hecho no es la primera pelea que tienen, ya han habido un par más, y a que no adivináis quien ganó. Exacto, Robin.

No creo que Robin sepa de mi existencia, pero tampoco me gustaría, estoy bien como estoy, siendo invisible pero a la vez siendo la novia de un imbécil, digo de Moose.

—Te voy a dejar en el suelo— dijo Moose con un tono de voz bastante grave para parecer más chulo.

—Inténtalo— Robin al contrario estaba tan tranquilo.

Giré la mirada unos segundos y vi a Gwen y a Finney juntos, como de costumbre. No pude resistirme a acercarme a ellos.

Gwen, mi mejor amiga. Si, se que es más pequeña y todo eso, pero eso no cambia nada, siempre ha sabido como quererme y apoyarme, sin importar el cuando ni el donde. Eso sí, no era muy fan de mi relación.

—Gwen... ¿que está pasando?— pregunté con miedo a la respuesta.

—Acabamos de llegar, ni idea— respondió sin mirarme a la cara, si lo sabía.

Escuché un golpe tan fuerte que pudo retumbar el suelo entero, me giré bruscamente, haciendo que mi pelo se enredara en toda mi cara y puse mis dos manos sobre mi boca. Robin lo había tirado al suelo, ¿cómo? Ni me preguntes, pero lo había hecho.

Vi la cabeza de Moose retumbando contra el suelo, debería haber hecho algo, lo sé, pero estaba demasiado ocupada llorando por si lo mataba, era muy propio de Robin, eso de pegar y que sangren hasta que parezcan muertos. Pero esta vez tenía miedo de verdad, no paraba, parecía que cada golpe que daba era más fuerte que el anterior, y eso me asustaba. No quería que Moose muriera, y menos a manos de un imbécil como Robin.

Logré reaccionar y fui corriendo hacia ellos, aparté a Robin de un empujón que hizo que cayera de rodillas al suelo, noté la ira en sus puños, los cerraba con fuerza, lo entendía me había pasado. Luego me di cuenta de que lo hacía para no pegarme a mi también, me costó comprenderlo.

Le aparté el pelo de la cara a Moose, que estaba tirado en el suelo, con la cara completamente llena de sangre, no distinguía sus rasgos faciales.
Me dolía verlo así, y lo que más me dolía era no haberle ayudado, si en vez de quedarme quieta hubiera hecho algo a lo mejor ahora no estaría casi inconsciente en el suelo.