Capítulo 2

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Cuando llegué a la puerta ya sentía que tenía el corazón en la boca, latía sin parar y no quería abrir esa puerta y encontrarme al mismo Moose que me había encontrado una hora antes. Me daba miedo. No podría describir lo que siento cuando lo veo sin añadir la palabra "miedo", y duele decir eso de tu propio novio.
Agarré el pomo de la puerta e intenté girarlo para abrirla, me costó un poco porque las manos no me paraban de sudar, pero lo conseguí y abrí la puerta.
Di dos pasos para entrar y miré hacia todos lados para ver si encontraba a Moose, pero no lo veía por ningún lado.

—¡Hola!—una mujer vestida de blanco que parecía ser muy amable se me acercó— ¿necesitas ayuda?

—Hola, si—dejé de respirar durante unos segundos cuando vi a Moose salir de una de las habitaciones de enfermería—bueno... ya no. Muchas gracias igualmente.

—No es nada, nos vemos— y se fue con una sonrisa en la cara.

Vi a Moose acercarse con la cabeza agachada, parecía sentirse culpable. Andaba muy despacio y sin levantar la mirada, pero me había visto. Al ver que no avanzaba me acerqué yo a él y le saludé un poco decepcionada.

—Hola...—no tenía ganas de fingir que todo estaba bien cuando nada estaba bien.

—Hola Cris... estás... muy guapa— mi corazón se paró cuando me habló como si no me acabara de pegar, como si no hubiera hecho nada malo.

—Gracias. Y tú... ¿Cómo estás? Te veo mejor que antes ¿no es así?

—Ahora que estás tú, si que estoy mejor— volvió a agachar la cabeza, era obvio que quería decirme algo pero no se atrevía— lo siento...

Y volvemos a lo de siempre. La lía, se pone agresivo, la paga conmigo, se arrepiente, se disculpa y yo como tonta le perdono.

—No se que me pasó, yo no soy así. Tú me conoces, nunca, yo nunca te había puesto una mano encima. No quería hacerlo, estaba enfadado— quería cortarle el pequeño discurso que se estaba montando y decirle que ya no podía aguantar más cosas así porque cada vez iba a peor, pero le quiero... no podría dejarlo así— y se que por estar enfadado no debería pagarlo contigo y no quería te lo prometo. Cris por favor perdóname.

—Te perdono.

—¿Qué?

—Que te perdono.

—¿Enserio?

—Que si, no me hagas arrepentirme de esto— no sabía si lo que estaba haciendo era realmente lo correcto pero cuando estás enamorada de alguien, tienes que estar en las buenas y en las malas. Y el aunque no lo creáis siempre ha estado ahí.

—Tengo que ir a clases, ve tú también. No quiero que te pierdas inglés, se que te encanta— no me preguntéis como se sabe mi horario si no se sabe ni el suyo propio.

—Claro, adiós. Te quie...— no me dio tiempo a terminar la frase antes de que Moose se hubiera ido.

Quizás ella tenga razón, quizás yo me esté equivocando y dejarlo sea la mejor de todas las opciones que hay.

Yo sé que nos queremos pero no nos queremos de la manera adecuada. Nos queremos mal, y por mucho que me duela admitirlo, no es una relación sana ni nunca lo ha sido y nunca lo será.

Abrí la puerta de la enfermería para salir, y me encontré con la persona que menos esperaba encontrarme, parecía llevar ahí un buen rato. No se diferenciar si es por querer entrar a la enfermería o simplemente por cotilleo, aunque tiro más por la segunda opción.

—¿Qué haces en la enfermería sola?— parecía estar un poco preocupado.— ¿No deberías estar con Moose?

—Ya se ha ido para su clase. No tienes por qué preocuparte.

Creo que te perdí// the black phoneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora