Desborde caótico | Omegaverse! x Lectora |

[α] Gemelos! Yanderes |x| Lectora! [α]

┏━━━✦ Equilibro cruel━━━━┓

Alphas! Gemelos Yanderes [x] Lectora! Alpha

Pedido por: @_Mime_Bock_

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➼ Desde pequeña habías sospechado que los gemelos Kim estaban lejos de ser ángeles. A pesar de ser similares a un par de querubines, podías distinguir esa sensación de posesividad y control emanar de sus pupilas, más en uno que en el otro.

No tenías las palabras adecuadas para explicarlo, Lorian y Lothric eran tan...complejos.

El dúo perfecto para el mundo, la pareja engañosa para ti.

Con una piel pálida, ojos dorados y hebras albinas. Ambos hermanos eran como una gota de agua (salvo por el pequeño lunar en la mejilla derecha de Lorian). Claro, en cuanto a su personalidad, eran completamente diferentes; Lorian era dulce y energético, podía hablarte de cualquier cosa y te haría reír por sus ocurrencias, contrario a Lothric; quien era gentil y tranquilo, alguien con mucha paciencia para no decir o hacer cosas que te lastimaran.

Pero todo era una fachada.

Una fachada que le regalaban a todo aquel que se diera la oportunidad de conocerlos.

Quizás por el tiempo que habías estado conviviendo con ellos, quizás porque sus padres habían sido mejores amigos como ustedes, es que permitieron que vieras un poco de ese lado oscuro, donde las acciones, y aquellas palabras que solían ser respetuosas o amables, se teñían de hostilidad y agresividad cuando la atención de los adultos se desviaba a otro asunto.

"Lo hacen para cuidarme", esa era tu justificación.

Afirmabas que los gemelos podían ser así por el mero hecho de protegerte, ¿protegerte de qué? Eran alphas, gozaban de los mismos privilegios, sin embargo, existía algo que los diferenciaba. Ambos eran dominantes, y tú, eras recesiva. «Una falla genética» como solías escuchar de tus compañeros de clases y de ciertos familiares.

Es ahí, donde entraban los hermanos a tu rescate.

Considerabas que el cariño por ti era el motor principal del porqué te cuidaban con esmero. Un cariño «fraternal» solías pensar.

Hasta que una tarde, en medio de un picnic improvisado en el hogar de los gemelos, dejaron en claro sus verdaderas intenciones, disfrazado de lo que parecían ser unas simples e inocentes palabras que años adelante cobrarían sentido.

—Cuando seamos grandes ¿te casarías con nosotros? —. Las palabras de Lorian te hicieron mirarle incrédula. Su atención estaba clavada sobre ti, ansioso por escuchar tu respuesta,  ¿qué se suponía que debías responder? Eran alphas, para el colmo tres, y un matrimonio como tal era absurdo, la finalidad de una unión era para concebir con un omega y tener más descendientes alphas. Presa de la confusión, el suave toque de los dedos de Lothric te provocó mirar tus piernas, donde el menor de los gemelos estaba recostado y también esperaba paciente—. ¿Entonces?

—Es imposible.

—Para nosotros los alphas, no hay nada imposible —. Lorian se miraba fastidiado. Tu respuesta no había sido lo esperado. Aun así, no iba a rendirse tan pronto, formaba parte de él obtener lo que quería, por lo que se acercó peligrosamente a tu rostro, haciéndote sentir bochornosa—. ¿A caso no has dicho que nos quieres? Es un poco deshonesto que tu amor por mi hermano y por mí no sea tan inmenso que el de nosotros por ti.