Desborde caótico | Omegaverse! x Lectora |

[Ω] Yandere! |x| Mafiosa! Lectora [α]

┏━━━✦ Amantes desquiciados━━━━┓

Omega! Yandere [x] Lectora! Alpha

Pedido por: Charlotte_Roulight

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➼ El transcurso de la noche te parecía eterno.

Estabas sentada en una de las esquinas de un gran sofá rojo, sorbiendo un poco de vino a la par que escuchabas cada aporte de quienes se acercaban a ti.

Desde que habías llegado al espectáculo de esa lujosa mansión, habías abandonado el costado de tu pareja para atender asuntos relacionados con los negocios y territorios de tu padre, de quienes eran sus posibles amenazas, y en quienes debía o no confiar.

Ser sucesora nunca había sonado fácil, y tampoco era tentador teniendo en cuenta tu personalidad despreocupada. Menos, cuando se trataba de heredar un cargo relacionado con ese lado oscuro de la sociedad, el mundo caótico de la mafia.

Estar a la defensiva, las constantes traiciones, ¿habría un momento en donde te acostumbrarías a todas esas cosas?

—Ese omega con quien llegaste, ¿es tu nueva pareja?

Una voz conocida interrumpió tus pensamientos.

Miraste por unos segundos a aquel sujeto. Era Alfred, un viejo y buen amigo de tu padre, alguien fiel de su confianza, digno de ser considerado como parte de la familia. Aunque para ti, a diferencia de tu progenitor, lo considerabas como un extraño, una figura que solo significaba quejas sobre tu conducta o acciones.

—Creí que era evidente—. El anciano soltó una suave carcajada. Tu forma de hablar siempre era mordaz cuando sabías que él venía con obvias intenciones de darte un sermón—. ¿Hay algo que quieras decirme de él? Tus preguntas nunca han sido por nada.

—Tan directa como siempre—. Alfred se sentó al otro extremo, te sostenía la mirada en lo que parecía una lucha en ver quien accedía primero a la fuerza del otro—. Sé lo importante que es para tu padre la reputación de la familia, y...No sé qué pensaría al ver a la pareja de su única hija, ser el foco de otros alphas.

No tardó mucho para que lo entendieras.

Tus comisuras se levantaron en una suave sonrisa, acción que hizo bufar al mayor.

—Conociendo tus gustos, niña. Sospecho que no es ninguna molestia ver como coquetea y se le insinúan contigo aquí.

Diste un sorbo a tu copa como respuesta.

Ese anciano no se equivocaba del todo con su comentario.

Creías tener serios problemas referente a los celos. No es que enloquecieras o fueras de aquellos que agredían a sus parejas o a terceros, más bien, eras tranquila. Era como si no te molestara, como si te diera igual ver como podían coquetearle a tu pareja, te mantenías desinteresada.

Y aquello parecía hacerse presente en ese preciso momento.

Tus pupilas viajaron por unos segundos entre la multitud hasta que lo encontraste.

Cerca de un gran ventanal con vista al jardín, Aren estaba rodeado de unos cuantos alphas. Tu omega parecía ser el centro de atención, se veía radiante. Su sonrisa ladina, su intercambio de miradas cargadas de picardía, y sus murmullos incesantes a corta distancia con esas personas. Muchos curiosos por saber quién era y algunos otros atraídos por sus angelicales rasgos.