Naruto Hijo del zorro y la cazadora

Capitulo 35 (Inicio de La Maldición del Titán)

''CORRE'' grito mentalmente un adolescente de 15 años rubio y de ojos marrones, corriendo por un bosque nevado y sin mirar atrás por miedo de lo que podría encontrarse.

''¿POR QUE YO? ¿POR QUE TRAICIONE A OLIMPO?'' Grito mentalmente el rubio con miedo y desesperación, arrepintiéndose de su decisión de seguir a ese maldito hijo de Hermes.

El oji marrón corrió y corrió antes de tropezarse con la raíz sobresaliente de un árbol y caerse sobre una piedra, causando que se intentara arrastrar, ya que el levantarse y correr sería demasiado doloroso.

El rubio miro hacia atrás cuando vio como una sombra alta y robusta se proyectaba detrás suya antes de soltar un sonoro grito que hizo a los pájaros cercanos escapar despavoridos por el miedo primario al oír una presa ser cazada por un depredador.

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Time skip, un hora.

Thalia estaba muy cabreada, ya que ella, junto al tonto de su primo Percy y su hermana de harem Annabeth fueron a ver a Grover, que había encontrado a dos semidioses, Bianca y Nico Di Angelo, pero todo se fue por el caño cuando apareció una Manticora, Dr. Thorn, la cual pudieron haber manejado y derrotar si Percy no hubiera hecho una estupidez.

Ahora la victoria les pertenecía a otras personas, las cazadoras y Artemisa, que aparecieron con una lluvia de flechas plateadas y el sonido de un cuerno de caza, Zoe a la cabeza con su arco apuntando a la Manticora y mirando a Artemisa, que tenía una mirada seria.

''Mi Lady, ¿se me ha dado la autorización para disparar?'' Pregunto Zoe mientras la Manticora parecía estar por decir algo.

Sin embargo, todos abrieron los ojos con confusión cuando vieron como una pequeña esfera de color púrpura oscuro iba contra el Dr. Thorn, que miro con confusión la pequeña esfera antes de que abrir los ojos con sorpresa y dolor junto a un aullido de dolor cuando la pequeña esfera toco su pecho antes de que el fuera y un perímetro de cinco pasos fueran rodeados por una esfera blanca antes de explotar, dejando un cráter de unos buenos cinco metros de profundidad.

Pero la energía residual que inundo el lugar hizo a Artemisa abrir los ojos con sorpresa al reconocer tal energía.

''¿Que fue eso?'' Pregunto Bianca con algo de miedo mientras todos escuchaban el sonido de pesadas pisadas, causando que miraran a esa dirección y que las cazadoras levantaran sus arcos con flechas preparadas.

Todos vieron como una sombra de 3,56 aparecía, su silueta apenas visible en la oscuridad.

''Esa Manticora tuvo mucha suerte de que estuvieran ustedes, sino hubiera usado ese ataque a máxima potencia'' dijo la sombra, su voz siendo la mas masculina, dominante, grave como sensual y seductora que habían escuchado todos, pero casi todos sentían que conocían la voz de alguna parte, pero no sabían de donde.

La sombra salió a la luz, dejando su cobijo en la oscuridad, causando un jadeo de sorpresa de parte de Annabeth, Thalia y Artemisa al ver quien era, las primeras dos viendo con felicidad, amor y devoción al verlo mientras que Artemisa tenía una mirada sorprendida, orgullosa y feliz.

Ante todos ellos estaba parado Naruto Namikaze de catorce años, casi quince, siendo hijo de Artemisa y Minato Namkiaze, el Kyubi no yoko, nieto de Shiva, además de ser campeón de Hades.

Naruto había cambiado mucho en su tiempo fuera del Campamento Mestizo, ya que ahora su pelo se volvió un poco mas rizado, su rostro se había vuelto mucho mas marcado y afilado, dándole aun mas apariencia de zorro, un cuerpo mucho mas grande, musculoso y definido, como el de un Dios Olímpico de la lujuria, sus dos características cicatrices de su torso y tatuajes que cubrían su cuerpo y cara, su par de orejas de zorro de pelaje amarillo con la punta de castaño rojizo con el interior blanco que sobresalía de su pelo, sus cuatro ojos con pupilas rasgadas, ahora todos siendo de un color azul plateado con nubes doradas y carmines, su quinto ojo aun cerrado, sus cuatro brazos y manos grandes con garras como de oso, y en la parte baja de su espalda tenía nueve colas amarillas con castaño rojizo en las puntas que se balanceaban orgullosamente en el aire.