prologo

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¿Cómo diablos terminé viviendo en un pueblo donde en pleno siglo XXI las personas viajan en burro? - pensé cuando vi pasar la carretita de madera por el costado del bus.

Mi madre se veía muy feliz por el aspecto pintoresco del lugar, mientras yo miraba horrorizada cómo la vida me había llevado a tocar fondo un par de meses atrás, supongo que al menos aquí sanaré. Mi madre puso su mano en mi mejilla,  mi miró a los ojos e intento calmar mi angustia de esa manera que solo el amor de madre sabe aligerar el peso.

- no te preocupes por nada ahora bella, aquí harás una nueva vida-

Cuando el bus se detiene, bajamos apresuradamente y agradeciendo a Dios poder respirar algo que no fuera el sudor de cuarenta trabajadores agotados. Abrieron la bodega del bus y sacaron nuestras pocas pertenencias y las lanzaron en el suelo. Tomé mi mochila y mire la subida hacia el lugar que ahora sería mi hogar, una parte de mi sonrió al menos aquí no hace ese calor sofocante de Barranquilla.

Mi madre se quejo durante un rato de que no habían casi motos trabajando, hasta que apareció un hombre de treinta y tantos, cobro su carrera como lo haría cualquier mototaxista y me dejó en la puerta de la casa blanca de los puentes. Entramos y nos recibieron con mucho cariño, pero no se sentía para nada hogareño más bien como hostilidad disfrazada en ese mismo momento entendí que mi estancia en esta casa sería bastante tormentosa.

-Ana María - susurro mi mamá - se buena, se amable y pórtate bien.

Me trago todo lo que me gustaría gritarles a sus sonrisas hipócritas y sonrió.

-es un placer conocerlos a todos, gracias por darnos un techo por un tiempo- dije, y sonó bastante creíble pues ellos sonrieron de una manera más sincera.

El marido de mi mamá la abrazo y nos guío al que sería nuestro espacio, 2 cuartos de 3 metros por 3 metros donde debía entrar cuartos, sala, cocina y comedor. Y un baño que utilizan todos los miembros de esta casa que son más de 10 personas.

Me senté en el borde de la que sería mi cama y pensé en todo aquello que me había carcomido durante el pasado, la vida se llevo mis ganas de amar, mi cabello, mi alegría y solo me dejó un cascarón vacío, pero de algún modo necesitaba resurgir como lo había hecho desde que me expulsaron del aquelarre. 

...

- Ana, no puedes seguir así- regañó - no has salido del cuarto en meses, y no hablas con nadie que no sea yo

- a pues mamá, yo que voy a hacer hablando con esa gente que no tiene ni de que hablar-

-ana...-reprocho ella haciendo gestos de que bajara la voz

- es la verdad ma, no leen, no ven televisión y tampoco escuchan la radio, solo se sientan allá afuera a mirar el paisaje y mueven las jaulas de sus canarios

- me es imposible creer que en todo este pueblo, no habrá una sola persona con la que puedas hablar.

- y que quieres que haga ma? - pregunté - que salga y saludé desconocidos en la calle?

- hay una escuela de arte en el pueblo - soltó de sorpresa, y con sarcasmo añadió- quizás ahí puedas conocer a alguien que no sea yo.

Me enderece instantáneamente, y no pude evitar sonreír, por fin luego de meses de solo trabajar y estar encerrada tendría la oportunidad de ver personas con cerebro a mi alrededor.

era de esperarse que en este pueblo lo único divertido por hacer fuera uno de los lugares mas pequeños, solo tenía 3 salones, un auditorio, una cancha multiusos mal hecha y un pequeño quiosco al final, ah y un espacio para hacer ejercicio. Pero era algo me acerque a la oficina y busque el formulario de inscripción, luego de algo de papeleo mientras regresaba a la casa, vi a un grupo de personas dirigirse a la escuela, varios varones vestidos con un estilo noventero y grandes guitarras, me llamo mucho la atención el cabello casi perfecto de uno de ellos, examinándolos bien y a mí parecer, varios de ellos eran muy atractivos, justo el tipo de personas que me gusta, muy similares a las personas de las que mi madre tenia de amigos a mi edad.

Una señora que nunca había visto y que juraría apareció de la nada, me sujeto del brazo y me jalo en dirección contraria al grupo, casi arrastrándome a los pies de la iglesia. donde me miraba con desaprobación e inclusive con odio, algo en su mirada parecía que me reconociera de algún lugar pues vagaba por mi cara como si buscara algo. Lo que sea que encontró en mi rostro me hizo notar que que su resentimiento había aumentado con el paso del tiempo.

-tu no eres bienvenida en este lugar iara shaya rawa, fuiste desterrada hace mucho tiempo de este pueblo.

Antes de explotar en un ataque de ira las palabras de mi mamá resonaron en mi cerebro, debo ser buena, no puedo actuar como lo haría normalmente ni agredir una señora demente que me arrastra en la calle, por mas que quisiera quemarla como leña para sopa.

- no señora, esta confundida, yo me llamo Ana María - sonreí, escondiendo en mis entrañas el desprecio que sentía en ese momento- me mudé hace unos meses.

- bonita la verga, una nueva descendiente de la india maldita, lo que le faltaba a tabarthu, mantén tu sucia sangre alejada de los jóvenes del pueblo. incluso de los satánicos esos que ni perdón de Dios se merecen.

- disculpe, ¿satánicos?- dije ya que esta era la única parte que escuche del sermón de la señora, quizás fuera mas divertido de lo que pensé escuchar a la vieja.

- si niñita, satánicos, ellos tienen un pacto con el diablo por eso se visten de negro y llevan el cabello largo, entre ellos y tu maldito linaje tienen este pueblo a merced del demonio mismo, aléjate de aquí antes en la iglesia te quemen como a la ultima que se atrevió a pisar este lugar sagrado.

Toque mi colmillo con mi lengua para enmascarar mi sonrisa, pues esto era sin duda alguna la estupidez más grande que he escuchado en mucho tiempo, tuve que esforzarme por no soltar una carcajada Y aunque todo parecían incoherencias deje que la señora siquiera hablando de sus delirios.

- ellos - decía señalando la dirección por donde se fue el grupo - ellos quieren sacrificar a todo el pueblo, entregarnos cómo carnada a belcebú, no dudarán en usarte como su sacrificio, te aconsejaré algo ahora, antes de que ellos se den cuenta que has venido o que la iglesia sepa que estas aquí, corre, corre y no mires atrás jamás porque cuando quieran una heredera del pacto que tienen no van a dudar en usarte como carnada. de hecho la muerte a manos de la iglesia siempre será mas benevolente .

-señora ¿ya se tomó sus pastillas? porque me parece que esta delirando.

- ahora no puedes decir que nadie te puso sobre aviso niña, bienvenida al infierno.

La señora se fue, dejándome algo confundida, llena de dudas algo inquieta pero muy divertida. " Vieja loca" susurré para mí misma y seguí mi camino a casa con una risa burlona en mi boca. Me fue inútil evitar pensar en lo que sucedía a mi alrededor. valla pueblo, una maldición, una secta satánica y una vieja loca, parece el inicio de una película de terror... Rei para mí y yo que pensé que mudarme a este lugar seria aburrido.

Con el paso de las horas decidí asomarme a ver el atardecer, y la pequeña meseta que estaba diagonal a la hermosa vista que tenía al cruzar la calle, con la luz dorada del atardecer logré distinguir a un grupo de personas reunidas mientras instalaba carpas, supongo que a veces es hermoso vivir cosas simples y ellos lo entendían bien, al igual que yo mientras veía el sol ponerse, con los últimos rayos de luz vi que encendieron una pequeña fogata y a lo lejos creí ver una... nah eso seria imposible, que harían esas personas con una cabra.

el pueblo maldito por los vivosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora