ℝ𝕒𝕚𝕤𝕖 (𝕋𝕣𝕒𝕕𝕦𝕔𝕚𝕕𝕠) ✓

III

Una de las mejores partes del reclutamiento es ver cuántas personas son lo suficientemente tontas como para aplicar y usar su "etiqueta de jugador" como su correo electrónico. No bromeo, he tenido cosas que incluyen la palabra "francotirador" en los correos electrónicos, y un montón de XX o XXX aquí y allá. Al menos una referencia al sexo también. Confía en mí, sé que es fácil tener tu único correo electrónico, pero se necesita muy poco esfuerzo para al menos hacer uno adicional con una dirección de correo electrónico que suene más oficial.

Muchas ideas interesantes en las reseñas de los últimos capítulos. Sé que a algunas personas les molesta la angustia y eso está bien, pero personalmente siento que no puedes tener una historia de amistad realmente sana y edificante sin estar deprimido primero. Realmente, esta seguirá siendo una historia de "Jaune en Beacon", pero quería hacer el preludio de esa justicia, por lo que habrá bastante historia de fondo antes de Beacon. Y sí, habrá algo de angustia y depresión aquí y allá, pero eso es para configurar la recuperación y el soporte más adelante.

Arte de portada: GWBrex

Capítulo 3

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Jaune dio un paso atrás y se secó la frente cuando el último cuerpo cobró vida. El hombre se sentó en el carrito, mirando a su alrededor con expresión confundida. Todos lo hicieron, aunque algunos gritaban y revivían sus momentos finales. Sin embargo, este hombre había muerto en la cirugía. Su último recuerdo fue cuando le administraron anestesia. Un final bastante suave en todos los sentidos.

—Tú eres el chico... supongo... creo que morí. Wow —el hombre, de unos cincuenta años y con canas en las sienes, se rió morbosamente—. Es un bueno que me mudé aquí después de todo. El pueblo que derrotó a la muerte... —se recostó con un largo suspiro—. ¿En qué mundo vivimos?

El hombre fue llevado en una silla de ruedas por uno de los nuevos empleados del Hospital Hope. Había demasiados para que Jaune los siguiera ahora. El hospital ahora tenía salas y alas, varios pisos y hacía tiempo que se había expandido fuera de la casa del Dr. White. Ahora había equipos de médicos y cirujanos, internos y estudiantes, salas de rayos X y salas de profesores. Tuvieron que expandirse, ya que la población de Ansel se disparó en más del 500% en solo tres meses.

Jaune salió de la habitación con las piernas tambaleantes y se habría tropezado si no fuera por la pared cercana para agarrarse. Su visión se nubló y la brillante iluminación fluorescente del hospital le quemó las retinas con tanta dureza como el hedor antiséptico le quemó las fosas nasales.

Los sistemas de megafonía automatizados llamaban tranquilamente a los médicos para que vinieran aquí y allá, y las enfermeras llevaban a la gente en camillas, todos y cada uno de ellos se detenían para darle un asentimiento respetuoso, a veces reverente. Las personas en esas camillas se esforzaban por sentarse y mirarlo, y sus propias expresiones estaban atrapadas entre el asombro y el miedo. Asombro por lo que representaba y miedo por si se los traían a él, porque inevitablemente significaría que se estaban muriendo.

Por suerte, no lo fueron. No todavía, de todos modos. Jaune se acercó a la fuente de agua cercana y bebió con avidez, luego se echó un poco más en la cara. Se pasó las manos por la piel, abriendo los ojos para tratar de volver a enfocarlos. Un pesado suspiro salió antes de que pudiera detenerlo.

Él lo sacudió. ¿Qué derecho tenía a compadecerse de sí mismo cuando la gente moría aquí? Cualquier agotamiento que sintiera significaba poco comparado con eso. Se salpicó de nuevo, respiró hondo y obligó a sus piernas cansadas a llevarlo por el pasillo, pasando por máquinas expendedoras y consultorios cerrados, oficinas y macetas con plantas.