disappeared ; jj maybank and kiara carrera

𝑝𝑟𝑜𝑙𝑜𝑔𝑢𝑒 ❝𝑤𝘩𝑜 𝑡𝘩𝑒 𝘩𝑒𝑙𝑙 𝑎𝑟𝑒 𝑦𝑜𝑢?❞

Peyton estaba sentada con las piernas pegadas a su pecho. Estaba sentada en la arena, apoyada en una roca, simplemente mirando hacia el horizonte.

Estaba harta, llevaba en esa isla más de ocho meses, y aún nadie había pasado por allí cerca. Definitivamente estaba atrapada. Ella misma se decía que acabaría muerta de hambre, sin que nadie se enterara que ella había estado allí tanto tiempo.

Un día, su padre había decidido llevarla de pesca, cosa que, claramente, era un plan que él había estado preparando desde semanas atrás. La relación entre Peyton y William —su padre— nunca había sido muy buena. Y todo empeoró aún más cuando su madre —a la que él había maltratado desde antes de que Peyton naciese— decidió escaparse, dejando a la pequeña niña rubia sola con su padre. Ni siquiera había pensado por un segundo en llevársela con ella. Simplemente se había largado.

William, aunque por fuera pareciera un kook completamente normal, realmente lo que más le gustaba era, sin duda, maltratar a su hija. Y sí, eso suena muy mal, pero es la verdad. Se lo pasaba muy bien haciendo a su hija llorar de la impotencia y del dolor.

Hasta que un día, el hombre se dio cuenta de que no quería volver a esa rubia nunca más, por lo que, con el paso de las semanas, ideó el plan de dejarla a la deriva. Sabía que decir que se había ahogado en el mar sería poco creíble, por lo que, con todos los mapas que encontró por su casa, se dio cuenta de que había una isla de la que nadie tenía idea de su existencia.

Su plan había sido decirle a su hija que irían a pescar y, aunque ella se quejó, al final acabó accediendo, ya que sabía que igualmente iba a ir. Tenía planeado subirse a su barco sin que nadie —además de él y la rubia— lo supiera. Así sería más fácil decir que se había escapado o algo por el estilo.

Peyton seguía sumergida en sus pensamientos. Durante ese tiempo en aquella isla había aprendido a concentrase tanto en sus pensamientos, que fácilmente podría estar pasando cualquier cosa a su alrededor, porque ella no se enteraría.

Pero aquella vez fue diferente. Unas cuantas risas y voces la distrajeron. Rápidamente frunció el ceño. Eso era imposible. ¿Cómo iba a escuchar voces si estaba sola en una isla desierta?

Rápidamente se levantó y comenzó a caminar hacia el sonido de las risas. Iba a paso ligero, tampoco quería que si había alguien se asustara.

Siguió caminando hasta que vio a un grupo de adolescentes. Tres chicos y cuatro chicas. Alrededor de una fogata.

Peyton al ver esa escena se quedó quieta en su sitio. No lo podía creer. Por fin, después de tanto tiempo, estaba viendo a seres humanos.

Ella miraba fijamente a cada uno de los siete adolescentes, hasta que su mirada se posó en una chica rubia. Estaba segura de que la conocía de algo. Cuando aquella chica se giró un poco, pudo verle bien la cara, y se dio cuenta de quién era.

—¿Sarah?—preguntó lo suficientemente alto para que el grupo de adolescentes la escuchara. La rubia al escuchar su nombre se giró, y se dio cuenta de quién la había llamado. Rápidamente se levantó de su sitio, y se quedó mirando a la otra chica.

—¿Peyton?—preguntó ella, demasiado confundida.

Mientras tanto, el resto de adolescentes quedaron bastante sorprendidos al ver a la rubia menor. Aquella chica había sido portada de los periódicos durante varias semanas consecutivas. Era Peyton Gallagher. La chica desaparecida de la noche a la mañana.

—¿Quién cojones sois vosotros?—volvió a hablar Gallagher mirando a cada uno de los demás adolescentes.

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