LA VISTA

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Estamos yendo a la vista, tenía miedo, mucho la verdad, no sabía que me iba a
pasar ni que me iban a decir.

Fuimos por el metro subterráneo muggle hasta una cabina de teléfono en una calle
apartada, bajamos y al darme cuenta ya estábamos en el ministerio.

- Wow.- Dije asombrada.

Harry se quedó igual de asombrado que yo.

- No os separeis, vamos.- Nos decía el señor Weasley.

No paraban de salir magos y brujas por las chimeneas, era espectacular.

Enanos, elfos, políticos... Había de todo. 

Nos subimos al ascensor, el señor Weasley nos dijo que la vista se había
adelantado y que era en 5 minutos. Ahora sí que empecé a ponerme nerviosa de
verdad.

Habíamos llegado al piso donde se hacía la vista, estábamos yendo a la sala de
reuniones cuando vimos a Lucius y al ministro hablando.

- Señorita Potter.- Dijo Lucius.

- Señor Malfoy.- Me tensé, Harry lo notó.

- ¿Qué hace usted por aquí?

- Yo, ah.- No sabía qué decir.- ¿Cómo se encuentra Draco?

La pregunta le descolocó un poco, pero respondió.- Bien, trabajando.

¿Trabajando?

- Claro, ¿Podría mandarle recuerdos de mi parte? Y a Narcissa también.

- Por supuesto.- Dijo con una mirada fulminante.

- Vamos chicos.- Cortó el señor Weasley.

- ¿A que ha venido eso?.- Me susurró Harry.

- Ni idea.

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La vista empezó, estábamos sentados uno al lado del otro.

- Audiencia disciplinaria del 12 de agosto, ofensas cometidas por Harry James
Potter, residente de Privet Drive número 4, Little Whinging. Y Gia Lilian Potter,
residente en Budleigh Babberton número 23.
Interrogadores: Cornelius Oswald Fudge, ministr-

- ¡Testigo de la defensa! Albus Percival Wulfric Brian Dumbledore.

- ¿Profesor?.- Dije incrédula.

- ¿Recibió el mensaje de que cambiaron la hora y el lugar?

- Creo que se me pasó, pero por un error afortunado, he llegado al ministerio tres
horas antes.

Sonreí, Harry igual. La cara de Fudge era increíble.

- ¿Los cargos?

- Los cargos contra los acusados son los siguientes: "A sabiendas y conociendo al
ilegalidad de sus actos realizaron el hechizo patronus en presencia de un muggle"
Negáis haber realizado el hechizo?

- No pero...- Dijo Harry.

- ¿Sabéis que no podéis usar magia fuera de la escuela, siendo menores de 17
años?

- Si, lo sabíamos pero...

- Brujas y magos del Wizengamot.

- Solo lo hicimos por los dementores.- Solté yo harta de que no dejasen a Harry explicarse.

- ¿Dementores? ¿En Little Whinging?

- Que ingenioso, los muggles no pueden verlos ¿Verdad?

- ¡No miento! Había dos y si no hubiéramos...

- Basta, lamento interrumpir lo que hubiera sido un cuento bien ensayado...

- No es ningún cuento, si no nos cree puede ir a visitar a nuestro primo que se ha
quedado medio tonto por culpa de ellos.- Dije ya cansada señalando al techo donde
habían unos cuantos dementores encerrados.

- Basta señorita Potter, o esto irá a peor. Como no pueden presentar un testigo del
acontecimiento me temo que...

- De hecho, si podemos.- Le cortó Dumbledore.

La señora Figg apareció, testificó a nuestro favor, parecía que la cosa iba bien.

- Calmate.- Me dice Harry.

- No puedo, desde que me he levantado estoy muy nerviosa, y más que me he
puesto cuando me he encontrado a Lucius en el pasillo y cuando no nos dejaban
declarar.

- Todo va a ir bien.- Me apretó la mano en forma tranquilizadora.

- Miren, los dementores no andan en un suburbio pueblo muggle y se topan con un
mago y una bruja. Las posibilidades son astronómicas.- Decía Fudge más para sí
mismo que para el resto.

- No creo que nadie piense que esos dementores estaban ahí por casualidad señor ministro.

- Mhm.- Se oye una voz muy aguda.- Seguramente lo malentendí, profesor. Los
dementores son controlados por el Ministerio de Magia. Es absurdo, pero me
pareció por un segundo que usted insinuaba que el Ministerio ordenó el ataque a los
muchachos.

- Es exactamente eso, idiota.- Susurré.

- Lo cual sería muy perturbador, señora Subsecretaria. Estoy seguro de que el
Ministerio hará una investigación sobre dos dementores tan lejos de Azkaban y por
qué realizaron un ataque sin autorización.

La cara de Fudge cambió de una sonrisa suficiente a una de espanto y de maldición.

Sonreí.

Dumbledore les había pillado.

- Claro que hay alguien que puede estar detrás del ataque. Cornelius, te imploro que
entres en razón. La evidencia de que el señor tenebroso ha vuelto es irrefutable.

- ¡No ha vuelto!

Que se lo digan a Cedric pues.- Pensé.

- En conveniente a los hermanos Potter, la ley dice que se puede usar la magia
enfrente de muggles en situaciones donde la vida está en peligro.

- Las leyes pueden cambiar si es necesario, Dumbledore.- Dijo Fudge con fastidio.

- Por supuesto, ¿Cuando se ha visto hacer juicios criminales para lidiar con asuntos
de magia en menores?

Ante ese caso todo el tribunal empezó a murmurar, sonreí por lo bajo.

- A favor de la condena.

Unas cuantas manos subieron, en esas las del ministro y la de la señora irritante.

- A favor de que se le retiren a los acusados todos los cargos.

Casi todo el tribunal alzó la mano, era mayoría.

- Se retiran todos los cargos.

Dios, abracé a Harry como si se me fuera la vida en ello.

Volvíamos a Hogwarts.

Oh Pequeña [Draco Malfoy] 3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora