¡ tres !

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El rubio de gran y encantadora sonrisa estaba sentado frente al pelirrojo amigo de quien él consideraba un hermano. Mientras veía al recién conocido no había podido evitar compararlo con un pequeño zorrito, era tierno, no podría negarlo nunca.

Aquellos tres jóvenes que cursaban la plenitud de sus veinte estaban en un restaurante clásico de fideos chinos cerca de la costa de Busán, comiendo y hablando, o al menos escuchando, en el caso del rubio y el pelirrojo, quienes se dedicaban a visualizar cada una de las anécdotas casi dramatizadas del muchacho de cabello extravagante.

— ... Entonces en medio del coro resbalé y casi muero —relató de forma probablemente hiperbolizada el mayor de los tres presentes en sincronía con sus manos las cuales movía a todos lados en un intento de dar una mejor explicación de lo ocurrido aunque era completamente inútil—. Lo peor es que la letra de la canción decía Dame tu mano y no me sueltes nunca; ¡pero nadie me ayudó en cuanto caí!

— Minho, sólo fue un ensayo, cálmate.

— Si no me ayudaron en un ensayo, ¿tú realmente crees que lo harían si me caigo en plena presentación? Obviamente no, Hyunjin, en este mundo siempre estás solo.

Jeongin se limitaba a reír levemente ante las ocurrencias de los mayores ya que no tenía la suficiente confianza con el rubio como para ser él mismo; con sus chistes para cerebritos y referencias a libros poco conocidos que no podía evitar recomendar como si su vida dependiera de ello.

Hundred ways, Fixed, Limerence, Lucid Dreams, Dulce agonía... ¡Libros infravalorados que eran lo máximo y merecían apreciación total, maldita sea!

Y de un momento a otro, mientras que él divagaba sobre sus títulos favoritos y cómo recomendarlos de forma no desesperada, la conversación había pasado de tratar sobre los ensayos de Minho a un intento del anterior mencionado por poner celoso a su mejor amigo, llegando al punto en el cual los brazos de Lee estaban rodeando los hombros del menor de los tres presentes mientras que miraba al rubio frente a él con un deje de decepción meramente fingida.

— Traicionero. Estás cancelado. Jeonginnie, ahora tú eres mi mejor amigo —aseguró el mayor para que Hyunjin jadeara ofendido—. Dile a este imbécil cuánto me amas.

El pelirrojo, por prestarle más atención al peso que se colgaba de forma insistente de sus hombros, no pudo observar como Hyunjin abría sus ojos un poco más mientras le miraba con algo de sorpresa a la vez que procesaba la información ya suministrada.

Jeongin, un pelirrojo de Busán.

¿Dónde había leído eso antes?

— Vamos, Jeongin, dile cuanto me amas a ese engendro —insistió Minho a la vez que abrazaba más fuerte al pelirrojo y recostaba su cabeza en el hombro del mismo.

I purple you, and you know what it mean.

Y Hyunjin, quien había decidido tomar un poco de refresco del vaso frente a él, escupió toda la bebida que estaba en su boca sobre la camisa de botón color blanco del pelirrojo que desafortunadamente fue el blanco a acertar.

— ¡Hyunjin!

— ¡Oh, mierda, lo siento! —se disculpó mientras una gran cantidad de servilletas y se las pasó al chico atacado mientras continuaba pidiendo disculpas— Es que me sorprendí.

— ¿Y ahora por qué? —preguntó Minho con curiosidad.

— Es que... no, no es nada —negó el rubio, quién bajaba la mirada avergonzado.

Porque Jeongin no podia ser ese Jeongin.

— ¿Te sorprendió la frase? —preguntó el pelirrojo mientras limpiaba como podía su camisa con las servilletas entregadas por el mayor. El rubio se mantuvo en silencio— Es de un libro que estuve leyendo ayer, me pareció linda. ¿También conoces la frase? —por primera vez, Jeongin se dirigió completamente a Hyunjin con sus palabras— Es decir, es un libro poco conocido, probablemente tú no...

── writer crush !Donde viven las historias. Descúbrelo ahora