¡ extra !

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Entonces, queridos lectores, ustedes se preguntarán, ¿qué ocurrió después?

¡Es muy entretenido de contar la verdad!

Durante el tiempo en el que vivimos se nos otorga la posibilidad de vivir de una forma plena, logrando nuestras metas si somos capaces de proponernos a ello, buscando llegar al punto donde finalmente nos sentimos realizados, arreglando nuestros errores y dejando nuestra huella, hasta que finalmente llega el momento.

El momento más hermoso de nuestras vidas.

Para algunos podría ser el conocer a alguien especial, el arreglar un problema de hace años que punza su corazón como una molesta espina, quizás formalizar una relación, llegar a un acuerdo con alguien importante, sentirnos importantes, superar las adversidades, cumplir algún objetivo, culminar algún proyecto, el día en el que viste esa película que tanto amaste, pasar de página, tu primer beso o cuando finalmente lograste amarte a ti mismo.

En mi caso puede que hoy sea el momento más hermoso de mi vida.

— ¡Okay! ¡No entren en pánico, tengo todo controlad-! ¡Puta madre, me clavé la aguja!

Sí, definitivamente este es el momento.

— Minho hyung, usted es el único que está en pánico —responde uno de los trabajadores del lugar, se llama Felix si no mal recuerdo, quien recién estaba entrando en la habitación, vestía un traje negro y cargaba una bandeja en sus manos con algunos dulces para calmar la ansiedad del pelinaranja cerca de mí.

Aunque se suponía que eran para mí pero a veces las cosas no son como lo creemos.

Por otro lado yo me dedico a mirar de soslayo, por encima de las páginas de mi libro, como mi gran amigo de cabellos cual naranja entra en alguna especie de crisis espontánea mientras busca desesperadamente una nueva aguja, un hilo para coser aquella rosa de tela que se había caído de la corona que debía estar sobre mi cabeza y de paso una vendita para su dedo índice.

— No te preocupes, Jeonginnie, tengo todo resuelto —me asegura, a lo que le sonrío no tan convencido por el reflejo del espejo frente a ambos.

— Estoy consciente de ello, hyung —él asiente frenéticamente ante mis palabras—. Pero, ¿podría dejar de estar tan nervioso? El que se está casando soy yo.

Ah, sí. Bienvenidos a mi boda.

Me encantaría decir que no estoy nervioso, no obstante sería demasiado engañoso de mi parte decir que estoy completamente tranquilo. Pero claro, si le decía eso a Lee Nervioso Minho probablemente acabaría enterrando aquella aguja con hilo blanco en mi cabeza por accidente.

Jajá, no, gracias. No me arriesgaré.

— Estoy nervioso y emocionado; mis dos mejores amigos se van a casar —dice Minho mientras posaba una de sus manos en su pecho en un gesto de conmoción exagerada que me hizo reír—. Luego de cinco largos años... se van a casar.

— Oh, vaya, gracias por resaltar mi edad —bromeo, intentando detener el ritmo nervioso en mi corazón y mis piernas, las cuales no dejan de temblar como gelatina luego de ser empujada por las manos de un curioso infante.

Para este día ya tengo veinticinco años de edad y cinco de relación con Hyunjin, a quien no he visto desde ayer cuando, Minho y un muchacho de casi su misma estatura pero de facciones extranjeras, se habían aparecido en nuestro apartamento en alguna clase de secuestro improvisado en el que se llevaron a mi novio con completa decisión, además de unos cuantos de mis paquetes de golosinas.

Se llevaron mis gomitas, los hijos de su madre.

Pero continuando con Hyunjin; puede que él esté igual de nervioso que yo justo ahora, intentado reprimir alguna sonrisa que, hasta ahora, no habría logrado esconder totalmente, dejando que sus piernas flaqueen y sus manos suden, entrando en una inmensa duda sobre los sentimientos del otro que será disipada en cuanto finalmente podamos vernos a los ojos frente al altar.

── writer crush !Donde viven las historias. Descúbrelo ahora