𝑫𝒆𝒍𝒊𝒗𝒆𝒓𝒚 𝒐𝒇 𝒌𝒊𝒔𝒔𝒆𝒔

𝐎𝐍𝐄

Martes 11:50 am.

— Muero de hambreee, juro que si no como nada ahora voy a comenzar a tener como opción el canibalismo. —se quejó Amity haciendo que Boscha se alejara de ella.

— Faltan 5 minutos para el almuerzo, ¿no puedes esperar?

Preguntó Willow deslizando su dedo por la pantalla de su teléfono, vagando por Instagram.

— ¡¿esperar?! dios, Willow, la comida de aquí es un asco. Y no quiero sonar desagradecida pero se supone que nos tienen que alimentar con comida, no con.. lo que sea que es eso.

Luego de varios minutos de quejas por parte de Amity, Willow había encontrado la salvación para su amiga.

— Mira, aquí dice que se abrió cerca un nuevo lugar de comida rápida, ¿hacemos Delivery?

— ¿y romper las reglas? — preguntó Boscha preocupada.

— Si, dah. — Amity la miró. — ¿en serio te asusta pedir comida?

— Nah, es que no tengo dinero.

— Listo, acabó de pedir el combo especial. — dijo de pronto Willow, ignorando totalmente las palabras de su novia. — Y bien, ¿quien paga?

— Yo no tengo dinero, y Amity...

— Yo menos.

— Bien. — Willow rodó los ojos.— Pagaré yo, pero tú Boscha me acompañas a buscar el dinero de mi casillero.

— Si señora.

12:17 pm.

— Dice que está afuera, iré a buscar el dinero y tú ve a recoger la comida, ya vamos enseguida. — Habló Willow tomando la mano de su novia.

Amity quería frotarse la cabeza con irritación, sabía perfectamente que tardaría en llevarle el dinero, primero tenía que tener su sesión de besos con Boscha, y luego seguía con lo suyo, como siempre.

— ¿Pedido de Willow Park? ¿Eres tú?

— No soy yo, es una amiga mía que ahora de seguro está besándose con... y yo para que te digo esto, ¿cuánto es?

— dieciséis con noventa y nueva centavos.

— tengo once, ¿alguna rebaja?

— No. De hecho, debo cobrarle un dólar de más por el Delivery.

— ¿puede esperar un rato? no creo que tarde mucho en traer el estupido dinero.

Juraría que quería matar a su amiga en ese mismo instante.

— Tengo varios pedidos que entregar, pero..

— ¿Pero?

— Si me das tu número podría hacerte un rebaja.

— Dios, ¿quien eres?

— Luz Noceda.