Cuando volvamos a vernos [ jikook - kookmin ]

Parte cuatro

Estaba más tímido que nunca. Movía su pierna inquieto mientras esperaba a que Jungkook regrese de la cocina, aquel se había ido a traer algo para comer y lo había dejado sentado en el sillón de su sala de estar. No es que fuese la primera vez que hacía eso, en realidad era algo que solía hacer cada vez que se juntaban. Solo que, esta vez era diferente.

Jimin había estado pensado en Jungkook toda la noche luego de su confesión y si, tal vez debió haber quedado en el olvido porque ciertamente no le correspondía, pero los días luego de ese lo único que hizo fue recordar una y otra vez sus palabras. Su "me gustas" estaba grabado en él, cada vez que veía a Jungkook pensaba en eso y se quedaba mirándolo detenidamente. Se sentía extraño, por largos días no sabía lo que sentía por el menor pero por alguna razón esperaba que Jungkook hiciera que el tema volviera a salir. Que le volviera a decir que le gustaba.

Cosa que no pasó.

Los días siguientes fue peor de lo que esperaba, Jungkook ni siquiera hacía referencia alguna a su confesión. Era como si jamás se le hubiera confesado, como si solo hubiera sido un sueño. Y, cuantos más días pasaban, más se daba cuenta del porqué deseaba volver a ese tema; se había dado cuenta que lo que sentía por Jungkook era más que un cariño de amigos.

Era feliz al lado de Jungkook, pero no feliz como cuando estás con un amigo. Aunque comenzó siendo su amigo y se convirtió en su mayor confidente, era feliz a su lado porque se sentía completo, se sentía emocionado y tonto. No podía dejar de verlo. Cuando estaba con Jungkook deseaba hacer cosas con él que no deseaba con sus amigos, deseaba su cercanía, abrazarlo, tocarlo. Simplemente tener sus manos tocándose apenas. Se había dado cuenta que amaba tener su mano junto a la suya cuando veían alguna película en su sala de estar o, cuando se quedaban mirándose a los ojos, se sentía ruborizarse sintiendo su corazón latiendo rápido. Anhelando saber que se sentiría acercarse lo suficiente como para rozar la punta de sus narices y luego...

—Hoy hace calor así que he traído hielo para nuestras bebidas.

—Oh —Apenas logró decir, sintiendo que sus mejillas se calentaban porque Jungkook llegó en el momento en que se imaginaba cosas de novios con él, con tenía una sonrisa muy tierna e inocente—... eso está bien. Gracias.

Jungkook le sonrió y se sentó a su lado como siempre, pero manteniendo esa pequeña distancia que siempre estaba presente desde su confesión. Parecía que Jungkook creía que a Jimin le molestaba su cercanía o su toque, sí tan solo supiera que era todo lo contrario... Un pensamiento llegó a él, más bien un recuerdo. El como lo rechazó.

Por supuesto que Jungkook no iba a volver a decirle que le gustaba y tampoco se acercaría de más, ¡Jimin lo había rechazado! Jungkook probablemente debía estar avergonzado y con miedo de incomodarlo.

Si alguien debía sacar el tema era Jimin. Ya había pasado casi una semana, era hora de que hablara.

—Jungkook.