Capítulo X. Plan

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POV ClockWork

Mis párpados se abrieron lentamente, y me topé con el rostro de Ticci; se encontraba profundamente dormido, o al menos eso creía. Voltee a ver a la ventana y el sol ya había salido, eran las 9am.

– ¿En verdad pasó? – dije en un susurro casi inaudible mientras miraba el torso desnudo de mi contrario.

Ticci rodeó mi cintura con sus brazos, colocando su cabeza en mis pechos mientras me abrazaba. Un ligero sonrojo apareció en mi rostro e intenté alejarlo con delicadeza para no despertarlo, sin embargo me atrajo con fuerza hacia él, aún con los ojos cerrados.

– ¿A dónde vas? – preguntó con su voz ronca dado que acababa de despertar.

– A-Ah, yo... – no me dejó continuar porque empezó a acariciar con delicadeza mi espalda, lo cual me puso nerviosa.

– Y en cuanto a tu pregunta... – dijo acercándose a mi oído – sí, realmente pasó.

Me alejé un poco de él y luego me senté en la cama, tapándome con una sabana mientras le daba la espalda. Había algo que no me dejaba tranquila.

– Toby, ¿conoces a Slenderman? – pregunté y él inmediatamente se sentó en la cama mientras me miraba algo preocupado y confundido.

– ¿Lo conoces? ¿Te hizo algo? – preguntó algo alarmado y yo me giré para mirarlo en silencio y con seriedad.

Él dejó salir un suspiro mientras cerraba sus ojos y pasaba una de sus manos por su cabello haciéndolo hacia atrás.

– Tal vez debí contarte todo antes – dijo y me miró –, soy un... proxy, de Slenderman, por eso cuando después de conocernos te busqué para llevarte con él, o acabar contigo – se dejó caer en la cama, tapándose la cara con ambas manos –. De hecho, se supone que sigo en la misión de buscarte y aniquilarte o llevarte con él.

Lo sabía, estaba más que claro. Pero... ¿ahora qué demonios hago? Puta madre, ¿por qué tenía que acostarme con él?

– Lo lamento – quitó sus manos de su rostro y volvió a sentarse en la cama, mirándome con esos ojos color avellana.

– ¿Qué harás ahora? – pregunté, estaba confundida, él había sido sincero, ¿debía serlo yo también? ¿Debería decirle que conozco a Jeff the killer y que, a parte, prácticamente pertenezco a su bando?

– He intentado pensar en una solución, pero no encuentro ninguna.

– Tal vez simplemente puedas llevarme con él y que se dé cuenta de que no soy un peligro – dije y él pareció sorprendido.

– Clock, ¿qué sabes de Slenderman? – su rostro parecía confundido. Esa pregunta me hizo sentir nerviosa.

– No mucho realmente, había escuchado rumores de él – mentí con naturalidad.

– Él es peligroso, y la verdad... – se quedó en silencio algunos segundos y luego tomó suavemente mi mamo mientras me miraba – no quiero que te haga algo.

Sentí un hormigueo en el vientre y quité mi mano, volteando hacia otra dirección.

– ¿D-De qué hablas? Me sé defender, no me hará nada – dije y escuché una pequeña risa de parte del castaño.

– ¿Estás segura? Aunque... Creo que no hay muchas opciones de todos modos.

– Sí, lo estoy, y entre más pronto mejor – dije y me levanté, aún tapando mi cuerpo con una sabana blanca ligeramente translúcida –, bueno, eh... tengo que vestirme – tomé ropa limpia del armario y salí de ahí, para irme a vestir a otro lugar, como si el castaño no me hubiera visto ya desnuda.

Después de una hora nos encontrábamos en la cocina desayunando. Había logrado conseguirle un pantalón y una camiseta vieja a Toby en lo que su ropa terminaba de secarse.

– Entonces, llegamos juntos a la guarida de Slenderman, y... ¿sólo dialogo con él? – repetí el "plan" que estábamos haciendo.

– No es una guarida, es una casa, y sí. Creo que sería bueno que nos mostráramos tranquilos y que se note que decidiste ir por cuenta propia – tomó un sorbo de su vaso de jugo y continuó –, aunque, ¿sabes? Si ve el potencial que tienes probablemente quiera reclutarte – puso su mano en su barbilla de forma pensativa.

¿Reclutarme? Oh no, eso era muy mala idea. Ya es demasiado arriesgado ir cuando he estado en una reunión con los del bando opuesto anteriormente.

– Preferiría que no fuera así – dije algo insegura.

– ¿Por qué no? – me miró con curiosidad y colocó sus dos manos sobre la mesa – Si así fuera podríamos pasar más tiempo juntos.

Ese comentario hizo que inevitablemente una sonrisa se formara en mi rostro.

– ¿Tanto te gusta estar cerca de mí?

– Por supuesto – dijo con una voz seria, pero su rostro se veía más bien risueño. Era muy tierno a veces.

Yo le sonreí dulcemente y terminé de comer el sándwich que me había preparado.

– ¿Entonces? ¿Por qué no quieres estar de nuestro lado? – preguntó, a lo que casi me ahogó con mi bocado.

– No es eso – intenté recuperarme –, es que me gusta ser un alma libre, ¿sabes? No quiero estar atada a algo.

Él miraba hacia otra dirección, pensativo, mientras asentía varias veces con la cabeza.

– Tienes razón, te ves como esa clase de persona.

– Entonces, ¿hoy mismo? – pregunté.

– Sí, cuando empiece a oscurecer – hizo una pausa para terminar de comer – Pero, Clock... es importante que sepas una cosa – me miró con seriedad –, es probable que te ponga a prueba, y si realmente no quieres pertenecer a nosotros será mejor que no des todo de ti, sólo lo suficiente.

– ¿A qué te refieres con ponerme a prueba? – pregunté algo confundida y él se cruzó de brazos.

– Cuando le llevamos personas potencialmente peligrosas, él las pone a combatir, ya sea contra él mismo o contra alguno de nosotros sus proxys. Normalmente las personas que le traemos terminan muertas o en muy mal estado, mientras que las que logran dar suficiente pelea son reclutadas; así que, tal vez sea complicado que no te quiera de nuestro lado.

Eso sería un verdadero problema, pero tendría que ver la manera para no morir, pero tampoco dejar ver todo mi potencial.

– Entiendo – me levanté y comencé a recoger los platos –, aún así quiero hacerlo.

Él se colocó de pie y se puso frente a mí.

– No dejaré que te haga daño, ni él ni nadie, así que puedes confiar en que estarás bien – me miró de forma seria, yo no pude evitar sonrojarme ligeramente y desviar la mirada.

– Q-Qué cosas dices. No tengo miedo ni nada por el estilo – seguí recogiendo los cubiertos, pero él me tomó del brazo, acercándome hacia él para poder abrazarme.

– No es por eso, simplemente me importa que estés bien – me dijo suavemente al oído.

Pasamos la tarde en la sala hablando sobre cosas triviales, riéndonos y comiendo, hasta que dieron las 7 de la noche y nos alistamos para irnos.

Gloomy Times [TicciWork]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora