Su cuerpo dolía como la mierda.
Ésa es la oración que mejor resume la situación actual de nuestra querida peli-negra.
Marcy se reincorporó de golpe en la camilla de la enfermería con la respiración acelerada y gotas de sudor recorriendo su frente y cuello, encándilandose de inmediato y volviendo a cerrar los ojos fuertemente por el color blanco de la habitación y por la luz de la lámpara que se encontraba en la mesita de noche al lado de su camilla.
De nuevo, pero con más cuidado, abrió lentamente los ojos para acostumbrarse a la potente luz.
— Ay... — Se quejó en voz alta llevándose una mano al estómago y otra a la cabeza.
— Duele mucho, ¿eh? — Dijo una voz a su lado que conocía muy bien. — Aunque no recuerdo que te hayas golpeado en el estómago...
— ¡Anne! — Exclamó alegremente. De repente ya no le dolía tanto el cuerpo como antes.
Marcy atrajo a la castaña en un cálido y cariñoso abrazo pero sin salir ella completamente de la camilla.
— Mar–Mar, no hagas tantos esfuerzos. — La riñó levemente correspondiendo el abrazo con cariños en el cabello de la más bajita.
— ¡Lo siento, es que me alegra mucho verte! — Confesó separándose del abrazo pero con sus manos aún puestas en los hombros ajenos. Sus mejillas estaban teñidas de un leve color carmesí.
— ¿Eh? Pero si estábamos juntas hace menos de una hora. — Comentó riendo por el despiste de su amiga.
Anne no se da cuenta, que novedad.
La de menor estatura simplemente se resignó a suspirar con una sonrisa en sus labios y a soltar los hombros ajenos para después bajar la mirada a su sábana blanca.
— Oye, ¿quieres que llame a la enfermera? — Pregunta atentamente la morena con una sonrisa mientras se levanta de la silla que se encontraba justo al lado de la camilla.
— ¿Eh? — No había escuchado nada de lo que la más alta le dijo, pero debía pretender que sí, o al menos éso era lo que su instinto de supervivencia le decía. — ¡Sí, sí, claro! — Rió nerviosamente, pero afortunadamente Anne no sospechó nunca nada.
Seguidamente, la de rizos sale de la habitación en busca de la dichosa enfermera y deja a la amante de los videojuegos sola.
La razón por la cual Marcy no había escuchado nada de lo que dijo su compañera fue porque se estaba cuestionando mentalmente si es que no le daba señales lo suficientemente claras a su companera, o si simplemente los sentimientos no eran mutuos y la morena prefería ignorar las claras insinuaciones de su amiga.
Éso último le dolía un poco.
Bueno, le dolía mucho.
Pero no podía hacer mucho más, era demasiado tímida y penosa como para confesarle sus sentimientos y entregarle su corazón directamente.
Lo más probable es que si hiciera eso, huiría de la ciudad y se iría hasta el otro lado del mundo con tal de no afrontar a Anne.
Es algo cobarde, pero de verdad tenía miedo al rechazo de su persona favorita.
Tenía tanto miedo que ni siquiera se planteó la posibilidad de que su amiga aceptara sus sentimientos.
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Torpe | Marcanne.
Fiksi PenggemarMarcy Regina Wu, en busca de llamar la atención de la chica que le gusta, Anne Savisa Boonchuy, finje su torpeza provocando así que termine en verdaderos problemas y que su amada tenga que rescatarla en repetidas ocasiones. Además de que a veces ter...