Ultimo Beso

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Están abrazados, temblando del frío intentando proporcionarse calor, las caricias no son suficientes para calentar sus manos, ni siquiera la cama desastrosa -del otro lado- y sus rotas mantas sirven para calentarse. Allí recuerdan todos sus momentos juntos.

"¿Recuerdas la vez que te tiré un plato de fideos a la cara?" Dijo riendo el pelilargo.

"Edds... fue hace una semana" miró al nombrado risueño.

"Una semana, dos meses ¿Qué importa? El punto es que fue demasiado bueno, y que tu cara de fastidio no me la voy a borrar nunca."

"Ajá si, y tú ¿Recuerdas cuando te empujé a la piscina? Todo tu cabello estaba sobre tu cara y tuve que meterme a ayudarte porque eso te impedía respirar, creo que nunca vi a una persona tan torpe en mi vida." Dijo en tono de burla.

"¡¿Con que así estamos Steve Harrington?! Te recuerdo que no soy torpe ¡Me empujaste! Y yo estaba muy desconcentrado pensando en tipo de rosas poner en nuestra futura boda ¡Insensible!" Comentó fingiendo estar enojado.

Una risa estruendosa se hizo escuchar "¡Jajaja!"

"¡¿De qué te ríes?! ¡Idiota!" Dijo ahora si, enojado.

"Me río de que eres un tonto, y de que te amo demasiado". Soltó con tranquilidad el castaño.

"¿Eh?" Respondió exaltado -pero alegre- a la respuesta.

"Que te amo, tonto." dijo con sinceridad absoluta.

"Yo también, idiota." Steve se acercó para abrazarlo pero un quejido se hizo sonar en la habitación.

Eddie había sido atacado, -demobats de mierda- perdió mucha sangre, su rostro estaba pálido y los labios que a Steve tanto le gustaba besar no tenían el color rojo avivado característico que solían tener, si tan solo hubiese llegado más temprano podría haber besado esos labios por mil años más, pero ahora solo tenía unas horas, tal vez minutos, o quizás... solo segundos.

Están muy abrazados
Una rica mezcla de carne
Donde el mar acaricia a la orilla
El le quiere decir la verdad

"Sabes que te amo ¿No? Y te amo demasiado, más de lo que podría amar mi cabello" dijo intentando alivianar la situación, recordándole que él era el todo que le faltaba a su vida, el tiempo que habían pasado juntos le había entregado su corazón, y se lo entregaría todas las vidas que le quedaran por vivir.

Sus palabras se las lleva el viento
Donde termina el mar
Temblando le toma la mano
Y le besa la frente

El lleva la noche en su pecho
Y sabe que tiene que marcharse
Le pide un último beso

"Steve... me lo acabas de decir hace unos minutos, pero si no quedó claro, yo también te amo mucho" hablo débil el pelilargo "Más que a mi guitarra, más que al metal" dijo débilmente, entonces le pidió "¿Podrías darme un beso? No sé si este será el último... hay que ser precavidos ¿Sabes? Sabiendo que tengo al rey Steve en la palma de mi mano hay que aprovechar." Rió débilmente

"Te daría los besos que quieras, y los que sean necesarios para demostrarte que te amo, y que te amaré por siempre." Entonces Steve tomó su rostro, lo miró a los ojos expresando con una mirada todo lo que no podía expresar con palabras, y así, acortó la distancia, uniendo sus labios en un amoroso y cálido beso, aquel beso que faltaba para que sus cuerpos sintieran calor, el calor del amor, del amor verdadero.

Entonces él lo besa
Donde termina el mar
Sus labios están débiles y pálidos
Y los ojos de él empiezan a humedecerse

Los ojos de Steve empiezan a humedecerse cuando se da cuenta de que el cuerpo de su amado empieza a perder fuerza, "No llores por mi Steve, vivo o muerto te amaré por siempre, así como sé que tu también me amaste en vida." dijo débil.
La expresión de Eddie se relaja aún sin cerrar los ojos, estos pierden su brillo característico.

Steve rompe en llanto, gritando de dolor, sabiendo que una parte de su vida -de su ser- se ha ido, y se fue para siempre, el sabe que no puede volver a tenerlo, y que lo único que queda es su cuerpo inmóvil, sin vida, y el recuerdo de que alguna vez se amaron.

Tras escuchar los desgarradores gritos del castaño su grupo de amigos entra. Robin, Nancy y Dustin, aquellos que se encontraban del otro lado para vencer a quien -ahora- le había arrebatado la vida a un ser que no había hecho mal en el mundo, si no que el mundo le había hecho mal a él.
Intentando separarlo de el cuerpo de su amado, Steve se aferró a su cuerpo, abrazandolo con una fuerza que nadie sabía de dónde había sacado, pegándose a él como si su vida dependiera de ello, de estar a su lado sin importar si estuviera vivo o muerto.

Recordando a cada segundo el beso, y el momento traumático dónde se vio obligado a separarse del cuerpo para volver a casa, la casa que ahora estaría vacía, sin los comentarios bobos de Eddie, ya no se despertaría con él a su lado, sabiendo que ya no estaba solo. Lo que quiso por tanto tiempo -alguien que lo ame- se había ido tan rápido como lo había obtenido, quedándose solo así... una vez más

¿Por qué toda la tragedia era para él? ¿Por qué el siempre tenía que quedarse sólo? ¿Le arrebatarán las cosas de las manos hasta su último aliento?

No lo sabe, y no lo sabrá, lo que si sabe, es que ya no está completo. Porque acaba de perder al amor de su vida, aquel que por un corto plazo de tiempo mejoró sus mañanas, sus tardes, y sus noches, porque Eddie o Edward Munson le dio todo lo que él necesitó, le dio amor, y le dio el más hermoso amor que jamás recibió.

Nebel | Steddie Donde viven las historias. Descúbrelo ahora