Problemas en un Mundo Mágico

- - Terrible Accidente - -

El de pelo marrón fue el primero en despertar, se levantó del suelo con sumo cuidado y miró a su alrededor: edificios abandonados, vehículos en llamas, el cielo bastante nublado y calles completamente vacías. Todo era un caos en ese mundo, pero al menos era de día.

De inmediato fué a despertar a Dave, que era el que se encontraba más cerca.

- hey, despierta. Despierta! - lo sacudía sutilmente.
- mm... Chuck?... - se incorporó de golpe - alto, que pasó?!
- justo eso te hiba a preguntar
- y yo porqué debería saber?
- porque fué tu idea tratar de abrir un portal!
- entonces, eso quiere decir que funcionó?... de verdad?!

Intercambiaron miradas de asombro y confusión.
Dave se levantó de inmediato y abrazó a Chuck, su emoción era tanta que llegó a levantarlo del suelo.

- alto, qué haces? Dave, me vas a tirar!! - rechistaba el latino.
- lo logré, lo logré!!
- si, cómo sea, ahora bajame!
- que demonios hacen? - preguntó Cassandra mientras se levantaba del frío concreto.
- Cas, lo logré! Cruzamos con éxito el portal!!

El oji-verde por fin hizo lo que el latino le pidió y, una vez que éste tocó el suelo, Dave se acercó a la chica.

- logramos llegar a otro sitio, no es fabuloso?
- fabuloso? Hombre, esa cosa explotó en nuestra cara. Tu experimento pudo habernos matado!
- pero no fué así. Oficialmente, e inventado una forma eficaz de teletransportación!
- entonces tenías todo planeado? - preguntó el latino.
- si, así es
- que bien, por un momento creí que no tenías idea de dónde estábamos y que nos quedaríamos aquí para siempre. Me estabas asustando - sonrió nervioso.
- bueno, a dónde nos trajiste, Dave?
- excelente pregunta, verán, estamos en... en...

El rubio permaneció inmóvil mientras por fin prestaba atención a su entorno. Ese lugar no le resultaba conocido.

- um... Dave?
- yo, eh... los traje a Nueva York, si! Eso
- Nueva York?
- creí que sería un lindo lugar para hacer pruebas, además, ninguno lo a visitado y... pensé que sería la oportunidad perfecta
- no encuentro fallas en su lógica - confirmó el de pelo marrón.
- de acuerdo?... pero tu máquina se destruyó, cómo vamos a volver?
- ... no lo sé
- deberíamos buscar ayuda, parece que hay una ciudad cerca - Chuck señaló lo que parecían ser edificios a la distancia.

Los tres comenzaron a caminar en esa dirección y pronto se encontraron entre las calles. Les pareció sorprendente que el caos continuara, todo seguía viéndose desastroso.

- porqué lucirá así? - preguntó el rubio.
- es Nueva York, siempre ocurren cosas malas. Seguro hay una invasión zombie o algo así
- esto no es una película, Cas
- solo decía

Pronto llegaron a la intersección de varias calles, Cassandra y Dave frenaron para decidir a dónde dirigirse, pues no parecía haber gente; mientras, Chuck decidió caminar un par de metros más, llegando a dónde supuso, debía ser un lugar transitado.

Se sorprendió al ver que carecía de luz, pero lo que más llamó su atención fueron las tantas estatuas de piedra, todos con trazos impecables; era como si un experto los hubiera moldeado y, absolutamente todos, pertenecían a la misma franquicia: eran personajes Disney.
Reconoció a varios sin problema y se acercó más para contemplar la exactitud de sus dimensiones, sin embargo, al avanzar pocos metros se arrepintió: las miradas y expresiones faciales de todas esas figuras retrataba un terror y sufrimiento indescriptibles, era como si fueran torturados.
Casi podía escuchar sus gritos de agonía.

- Chuck? Que estás haciendo? - se acercaron los dos restantes.
- nada... podemos irnos de aquí? Este lugar me da mala espina...
- no me digas que te da miedo - se burló Cas
- ... no estoy para bromas ahora - desvió la mirada - porfavor, vámonos
- está bien - concluyó Dave - Cas y yo acordamos que sería mejor entrar a algún edificio para buscar gente en el interior. Pensábamos que sería más rápido dividirnos, pero si te sientes seguro en grupo, podemos ir los tres.
- en grupo suena bien
- de acuerdo - sonrió con dulzura.

Ambos chicos se tomaron de la mano y los tres se dirigieron a la calle anterior, entraron con precaución al edificio más estable: Todo el piso estaba envuelto en una gran obscuridad, así que avanzaban lento pero seguro.

De pronto, el ruido de alguien o algo corriendo a sus espaldas los hizo brincar del miedo, pero lo más terrorífico fué cuando al voltear, vieron unos ojos brillando en la obscuridad...