- - Llamado a la Aventura - -

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- bien, son las siete en punto de la mañana... hora de irnos!
- tengan, empaqué objetos básicos para hacer fogatas y algo de comida enlatada por si les da hambre - dijo la ratoncita mientras entregaba una mochila - porfavor vayan con mucho cuidado, muchachos...
- gracias, esperamos que la situación aquí mejore pronto - los humanos se despidieron y salieron.
- hey, Mickey... - lo sujetó sutilmente del brazo, haciendo que este frenara - prométeme que volverás a salvo...
- tranquila Minnie, todo estará bien... recuerda que a esas bestias no les gusta la luz, para cuando anochezca ya debería estar en la Torre Mágica.
- pero... me dejarás aquí? Sola?
- no, claro que no - se acercó a ella - Goofy y Donald te cuidarán, confío en ellos
- más bien, Goofy la cuidará - salió Donald de su habitación con una mochila en mano - yo iré contigo
- pero Donald
- ya me escuchaste! - interrumpió - No cambiaré de opinión

Tan pronto dijo esto, salió de la casa.
Minnie y Mickey intercambiaron miradas de angustia y confusión; finalmente el ratón abrazó a su novia, no sin antes darle un beso en la frente.

- volveré lo antes posible, y de paso intentaré encontrar la forma de eliminar al monstruo sombra... haré que nuestra vida vuelva a ser lo que era... te lo juro.

La aventura inició.

Ya que la Torre Mágica se encontraba al borde de todo ese mundo, llegar a ella implicaría pasar horas sin descansar yendo a pie bajo el caluroso sol, ya que los pocos medios de transporte habían quedado dañados por el apocalipsis.

Para no hacer tan tortuoso el viaje, de vez en cuando hacían paradas en alguna ciudad para descansar y comer, además de que durante la caminata, entablaron múltiples conversaciones para despejar la mente. De hecho, estaban en eso cuando el ecosistema cambió: las ciudades desaparecieron, y en su lugar todo se cubrió de arena; parecía un desierto.

- qué está pasando? Porqué todo está tan vacío aquí?
- verás Chuck, la Torre Mágica es una locación totalmente apartada de la Tierra de la Fantasía, como su nombre lo dice, es mágica - respondió el ratón.
- ah si? Que hace o qué?
- nunca permanece en el mismo lugar, es así para mantener la privacidad de quien vive ahí y, por el mismo motivo, somos muy pocos quienes sabemos cómo llegar
- y... si cambia de lugar, como sabes dónde está? - preguntó Cassandra.
- de hecho, no lo sé. Es la torre la que se encarga de hallar nos.
- si, pero necesitamos acercarnos al borde del mundo para que nos encuentre - aclaró Donald - No puede aparecer en cualquier lugar, solo en esta zona
- no entiendo - comentó Cas.
- todo se trata de magia, señorita
- chicos, miren al frente!

Al alzar la mirada, pudieron ver a lo lejos el puntiagudo techo de la gigantesca torre; apresuraron el paso y entraron sin problema.
El lugar era bastante amplio, estaba lleno de librerías y comodidades; tenía un estilo elegante pero al mismo tiempo se veía antiguo, como si fuera una cabaña en el bosque.

Pronto los guardias de la torre se hicieron presentes y, al ver a Mickey, comprendieron que visitaría al dueño de la morada, fué así que les indicaron en qué piso y habitación se encontraba.

- okey chicos... - dijo el ratón antes de abrir la puerta del estudio - pasaré yo primero para asegurarme que tenga humor para visitas, no entren hasta que les indique
- entendido

El ratón ingresó en la habitación, cerrando la puerta de inmediato.
Pasaron pocos minutos cuando volvió a abrir, indicando con señas que entraran; el dueño de la morada les había permitido quedarse a escuchar la plática.

La habitación era de madera, mediana y estaba muy bien iluminada. Lo principal era un extenso escritorio que se encontraba a la mitad, y justo frente a este, estaba sentado el propietario de la torre, dándoles la espalda.

Aún con señas, Mickey le indicó a sus amigos que permanecieran tranquilos y en silencio, entonces dio un par de pasos al frente.

- disculpe señor... como le comenté, estos tres humanos necesitan su ayuda para volver a su mundo. Al parecer, accidentalmente abrieron un portal que los trajo aquí y...
- humanos?! - interrumpió - ... nunca dijiste que fueran humanos - giró su silla de ruedas para ver a los mencionados.

Chuck, Cassandra y Dave quedaron pasmados al ver de quién se trataba: era el mismísimo Walter Elías Disney, quien supuestamente había muerto un fatídico 15 de diciembre de 1966 a causa del cáncer.

- no comprendo señor Disney, hay algún problema con que sean humanos?
- ... no, para nada Mickey - acarició su cabeza y acto seguido, regresó su mirada al trío - para ayudarlos necesitaré más detalles de su mundo y cómo llegaron al mío, les molestaría contarme?
- no hay problema.
- perfecto... debo terminar de hacer un par de cosas y en unos minutos estaré con ustedes. En el piso de abajo hay habitaciones, pueden esperarme ahí
- um... una cosa más, señor Disney...
- qué ocurre, Mickey?
- me preguntaba si... ya había logrado encontrar a Oswald...

Los tres humanos y Donald los miraron con confusión sin entender a qué se refería. Claramente Walter notó esto, por lo que se apresuró a contestar con algo de nerviosismo.

- Mickey, tu más que nadie sabe perfectamente que esto tarda tiempo... hago lo que puedo
- pero señor, no hay alguna forma de apresurar el proceso? Llevamos meses esperando nuevas noticias... con cada día que pasa, el monstruo sombra se multiplica y todo se vuelva más peligroso!
- Mickey, por favor, cálmate!
- lo siento, señor...

Disney miró a sus invitados por un par de segundos y soltó un suspiro pesado.

- escucha... llevo todos estos meses buscándolo arduamente, yo también estoy preocupado por él
- lo sé, señor...
- intentaré apresurarme lo más posible para encontrarlo, pero no prometo tener buenos resultados pronto. Está bien?
- si, gracias...

El trío de humanos junto a Donald salieron de la habitación y casi de inmediato, Mickey los alcanzó.
Walter Disney permaneció mirando la puerta del estudio por varios minutos, cómo era posible que más humanos lograran llegar ahí?!!

Problemas en un Mundo MágicoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora