Sí quiero || l.s

Parte Dos

Era la boda más bonita en la que había estado. Y la única. No importa.

La ceremonia se celebró en una playa a quince kilómetros de la ciudad de Dublín. Louis nunca había tenido la oportunidad de viajar mucho más allá de la casa de la familia de Niall cuando iba a visitarlos por algún evento importante; por lo que descubrir que Dublín no solo era una ciudad preciosa y fría, sino que tenía playas dignas de película como aquella en la que se encontraban, se sorprendió de la mejor manera.

Fue verdaderamente emotivo.

La manera en la que Niall avanzó del atar del brazo de su padre, quien lo sujetaba fuerte, mostrando su amor y apoyo, el cual su hijo demostraba mirándole de reojo con los ojos cristalizados.

La manera en la que Zayn se veía con ganas de reír, llorar, gritar y besar a su prometido y pronto esposo, una vez que este estuvo frente a él.

La manera en que leían emocionados sus votos, sacando llantos y alguna que otra carcajada de los presentes, sobre todo a Louis. Qué iba a decir, su amigo es la persona más divertida que conoce.

La manera en la que se dieron el "sí quiero" entre abrazos y, lo que él diría que eran toneladas de arroz.

La manera en la que se enteró que aquel ojiverde con cierta similitud a un dios griego, se llamaba Harry Styles, y era el mejor amigo y padrino de Zayn.

Oh no.

Evidentemente, no se dirigieron la palabra en ese momento, ya que todo el mundo estaba ansioso por llegar a la cena; no sería por falta de ganas del rizado.

Todo el mundo saludó a los novios de manera rápida, los felicitaron, y se despidieron aquellos que, por otros compromisos o por no dar regalo de bodas, no podrían asistir a la cena del hotel donde se alojaban todos los invitados. Rápidamente, todos se subieron a sus respectivos transportes y abandonaron el lugar.

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Una vez en el hotel todo se sentía mucho más distendido, la gente hablaba, bebía y comía los aperitivos que comenzaban a llegar a las mesas.

- ¡Louis! - Una voz familiar le hizo mirar hacía su derecha, viendo cómo tres mujeres se acercaban a él, dos demasiado conocidas y una que no recordaba haber visto nunca.

- ¡Maura! ¿Cómo estás? - Envolvió en un abrazo a la mujer, que bien podría tratarse de su segunda madre. - Me alegro mucho de verte, siento no haberte saludado en la ceremonia.

- Oh no te preocupes cariño, estaba demasiado ocupada llorando y viendo a mi niño hacerse mayor.- La madre de su mejor amigo soltó una risa mientras las dos mujeres que la acompañaban veían la situación con cariño.

- ¿No vas a saludar a tu madre?- Louis rodó los ojos y se acercó a besar las mejillas de Johanna.

- Mamá, a ti te he visto esta mañana; y todos los días.- Su madre entrecerró los ojos, dando a entender que esa no era razón suficiente para que su niño no estuviera entre sus brazos.

- Louis, no sé si conoces a Anne.- Maura presentó a la mujer de cabello negro tizón y ojos claros, quien le tendió la mano a Louis con una sonrisa cariñosa; saludo que Louis devolvió con la misma amabilidad.

- No, no había tenido el placer, pero encantado de conocerla, señora.

- Ay, no.- Rió la mujer haciendo un gesto de desdén con la mano.- No me digas señora por favor, llámame Anne, cielo.- Louis sonrío y asintió con ganas a las palabras de la mujer, la cual le transmitía una familiaridad reconfortante.