Mi Imperio [1]

Capítulo 171

Frente a la posición del paracaidista, un pequeño arbusto se estremeció. El paracaidista de Ailan Hill que yacía en la trinchera frunció el ceño y centró su atención en el arbusto.

En el segundo siguiente, un conejo mágico de tres ojos salió corriendo de la hierba y corrió salvajemente por la orilla opuesta.

Antes de que el paracaidista de Ailan Hill apartara la mirada del conejo demonio, el arbusto que acababa de moverse se hizo añicos repentinamente y un perro demonio salió corriendo de él.

Este perro demonio no persiguió al conejo hasta allí, sino que se precipitó directamente al río. Para los paracaidistas, el aterrador perro demonio era mucho más aterrador que la imagen pintada en el manual de combate.

"¡Auge!" Sonó un disparo.

Un soldado en la posición tiró del cerrojo, lo que provocó que un proyectil caliente rodara hasta sus pies. Su rifle Mauser 98k tiene un visor de aumento de 3x, lo que significa que es un francotirador de Elanhill.

La bala penetró la cabeza del perro diablo y la sangre negra llenó el agua del río de inmediato. El perro del diablo se extendió en el río y fluyó río abajo junto con el agua del río Boer.

"¿Se acabó?" Un paracaidista miró a su compañero: "No nos van a mandar aquí desde Veronsa todo el camino para esto, ¿verdad?".

Nadie respondió a su pregunta, porque el segundo perro demonio ya había salido corriendo del bosque al otro lado del río, seguido por el tercero y el cuarto.

"¡Bah!" Los francotiradores entre los paracaidistas comenzaron a saludar a su nuevo enemigo con disparos. Con disparos tras disparos, los perros del diablo cayeron uno por uno junto al río que fluía.

Inmediatamente después, más perros demoníacos salieron corriendo del bosque y la atmósfera de repente se volvió tensa. Las docenas o cientos de perros demoníacos son enormes, algunos con cicatrices en el cuerpo y sus cabezas llenas de ojos lucen feroces.

Estos monstruos se precipitaron desesperadamente al río, saltaron al agua sin miedo y comenzaron a nadar. Ni siquiera miraron a sus compañeros asesinados, como si no tuvieran nada que ver con ellos.

"¡Tutú! ¡Tutú! Una ametralladora en una posición sobresaliente abrió fuego, y la ametralladora mg-42 arrojó una deslumbrante lengua de fuego, y un rastreador voló hacia la marea de perros demoníacos al otro lado del río.

Algunos perros demoníacos que no fueron golpeados por la llave todavía estaban salpicados de sangre oscura y aún avanzaban con valentía, y algunos perros demoníacos que fueron golpeados por la llave rodaban directamente por el suelo. Comenzó una batalla que parecía ser una matanza.

"¡Fuego!" En el espacio abierto detrás de las trincheras de los paracaidistas, frente a docenas de morteros colocados uno al lado del otro, los artilleros recogieron un proyectil de la pila trapezoidal y lo colocaron en la boca del mortero.

Con una orden, juntaron las manos y dejaron que los proyectiles se deslizaran en el mortero. Luego con el sonido de "¡Boom! ¡Boom!", los proyectiles de mortero volaron hacia el objetivo distante.

"¡Auge! ¡Auge!" En medio del sonido de los disparos, proyectiles de mortero estallaron en la orilla opuesta, volando de los muñones de unos perros endiablados. Estos feroces y mortíferos perros diabólicos siguen avanzando como locos, como si lo que persiguieran fuera la trágica muerte que se les presenta.

"¿Están locos estos demonios? ¿Estás vivo?" Un paracaidista con un rifle de asalto stg-44 miró al perro diabólico luchando en el río, frunció el ceño y le preguntó a su compañero a su lado.