Moonlight.

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Me estoy enamorando de ti, por favor. Quedate como eres.

☄️

La habitación estaba completamente oscura, la única luz que había era la de una vela de lavanda que su llama bailaba de una forma tan tranquila.

Sobre un pecho desnudo y definido, descansaba la mano adornada con un anillo precioso.

La habitación olía a sexo, a deseo y amor, sus ropas estaba revueltas de una forma en la que parecía que las prendas se abrazaban.

Bruno, que aún seguía despierto bajo la mirada a ver a Gerald que estaba pacíficamente dormida un mechón totalmente rubio le cubría un poco el rostro, lo tomó entre sus dedos y con mucha delicadeza se lo quito se la cara.

Un ligero cosquilleo sintió sobre su rostro e inconscientemente se cambió de posición para dormir.

Bruno observó en silencio como le daba la espalda y la vela que hacía en su mesita de noche le daba luz y sombras.

Una vela que desde que se habían casado nunca se apagaba al momento de dormir, ella decía que porque le quitaba el estrés las velas aromáticas. Pero Bruno no era tonto y sabía que la tenía porque le tenía pavor a la oscuridad.

Al mirarla tan tranquila, se puso de pie y como de costumbre salió a verificar que todo estuviera bien.

Se puso su ropa interior y pijama junto a su bata color negra.

Salió de su habitación y camino hasta la habitación que estaba enfrente de ellos, abrió la puerta y se acercó a la cuna donde su hija estaba dormida.

La habitación color lila y líneas blancas con peluches eran bonitos pero los muebles junto a una silla mesedora le daban un toque elegante.

Acarició la cabeza de la pequeña Francesca y sonrió, la pequeña bebita de apenas 3 años estaba acurrucada sobre una manta totalmente blanca y suave, entre abrió sus ojos y le regalo una sonrisa que a Bruno le hincho demasiado su corazón.

Reviso que su walkie talkie en forma de nube estuviera encendido y al asegurarse que estaba en orden, salió a su despacho.

Bajo las escaleras con mucha cautela paso por la sala y por la habitación de los invitados, llegó hasta el fondo y al entrar, cerró la puerta con seguro.

Se acercó a una caja fuerte pequeña que tenía muy escondida detrás de una cajonera, coloco su dedo pulgar en el lector dactilar y se abrió, las luces se activaron dejando ver un sobre de color marrón sobre encima de otros colores pasteles que ya estaban abiertos, lo tomó entre sus manos mientras caminaba a su silla de piel y coloco el sobre en su mesa de cristal, sacó de un cajón su abre cartas y lo puso a un lado.

Su corazón estaba agitado y las manos le sudaban ligeramente, a pesar de que no era la primera vez que hacía eso, aún sentía una ligera sensación de adrenalina.

Tomó un poco de valor y sin titubear abrió el sobre, sacó una hoja y la comenzó a leer.

Gerald:

No hay un día en el que no haya dejado de pensarte, en algunas ocasiones pasó por tu casa como cuando eras una adolescente locamente enamorada de mi y te imagino bajar de mi camioneta, algunas ocasiones preocupada por tu madre, otras veces feliz porque venías de pijamada.
Cerré por completo el chalet donde hicimos el amor miles de veces, aunque sigue intacto el lugar, tu rostro me da miles de vueltas en la cabeza y ahora mas que sales en todas las revistas y horarios, espero que algún día respondas mis cartas. Aunque soy muy creyente de que el destino nos pondrá en nuestro lugar porque siempre eh tenido la certeza de que cuando uno se enamora de verdad, se enamora hasta del nombre. Es por eso que tan pronunciarlo, incluso murmurarlo, como si fueras mi secreto inconfesable, le devuelve la idea a mi cuerpo de que te estoy amando bajo tu presencia, a pesar de que estés ausente.

Yo te nombró y todo vuelve a suceder como magia. Te digo y te traigo a mi lado. en esa palabra, están todas las letras que quiero decir cada vez que te necesito.

Tu nombre me abraza el alma. Me come las heridas. Me hace creer que siempre es cierto y que puedo traerte a mi lado cuando yo quiero.

Decirlo, quizás, me alcanza y me basta.

Siempre tuyo:
Rami.


Bruno trago saliva y la metió de nuevo a su sobre para después dejarla donde estaban las otras. Sin pensar más se fue a su habitación para acostarse y tratar de conciliar el sueño ya que muchas preguntas le llegaban a la mete.
¿Gerald lo dejaría por Rami? ¿Que pasaría si Gerald encontrara todas esas cartas?.

Con una última bocanada de aire, cerró sus ojos y se dispuso a dormir.

🌼

Un nuevo día había llegado, todo estaba marchando muy bien. Salvo por una cosa, los días estaban contados para el cumpleaños número 25 de Gerald.

-Papá. ¿Crees que sea seguro festejar por una semana?.-Dijo la ahora rubia mientras recogía a la pequeña Francesca en brazos.-Podemos hacer algo más familiar.

Dijo un poco tímida, a pesar de las terapias y todo el proceso seguía teniendo algunas sombras de que fue cuando era adolescente.

-Nada de eso, es tu cumpleaños y quiero festejarlo a lo grande. Imaginalo, unos días en Escocia y después nos vamos a la mansión que te vio crecer, yo sé que no tenemos los mejores recuerdos después de ese día. Pero al menos quiero que tu regreso a tu hogar sea el mejor.

Gerald le coloco un mechón rizado detrás de la oreja de Francesca, suspiro un poco y ver el brillo en los ojos de su padre le dobló el corazón.

-Está bien, puedo hacerme cargo de las reservaciones y los invitados.

-Nada de eso.-Gustavo bebió un poco de su copa con vino blanco.-Deja que me encargue yo y tu hermano, queremos que sea algo especial, muy pero muy especial.

Gerald le sonrió a su padre y después de una corta charla se fue al gimnasio dejando a Francesca en casa con Bruno para verse más tarde en el restaurante y firmar unos documentos que tenía pendientes con algunos clientes.

Su entrenamiento había sido agotador, pero nada que una sesión en el sauna no arreglará, estaba sentada sobre un banco de madera relajandose por el vapor que se había provocado, entró un poco en meditación y recordó que casi cumpliría veinticinco años.

Recordó todas esas veces que los festejo son su mejor amiga y con Bruno.

Bruno.

Ese nombre retumbó en su cabeza, vivían juntos pero no estaban casados aunque lo tenían que fingir por la pequeña niña de cabello rizado y ojos castaños, no era una buena imagen y mucho menos toda la historia que había detrás de ellos.

Al abrir los ojos, observó por la ventana de la puerta que daba al pasillo, que un hombre de cabello rizado, ligeramente moreno y de ojos azules grisáceos, su corazón se aceleró tanto que por un momento dejó de respirar. Frotó sus ojos y al recuperar el aliento, se dio cuenta que había sido una mala jugada de su mente, tal vez era el vapor tan caliente y sofocante que la abrazaba qué la estaba haciendo delirar, sin pensarlo más decidió salir de ahí para tomar una ducha y seguir con su día, no sin antes recordarlo a él. A Rami.

🌼

Hola chiquitas preciosas, muchas gracias por a ver esperado tanto sinceramente no había tenido tiempo para seguir con la novela, apenas me anime. Espero que estén bien y le den todo el amor y apoyo que le dieron a la primera parte.

Las tekueme amistades.

Y como de costumbre:

Voten, comentén y si tienen un grupo con sus amigas que les gusta este tipo de lecturas, recomiendenla 💖💖

Í D I L I C O. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora