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"Dormiré en el lado derecho de la cama"

Ambas pasaron sus toallas por su cabello, secándolo un poco para luego terminar secándolo por completo con el secador. Estaban ya vestidas con sus pijamas listas para poder meterse en la cama y dormir.

Era su primer día en las cabañas donde se estaban alojando, las cuales eran las que venían con la compañía que organizó su boda. Y es que era mejor que estén cerca para poder terminar más rápido los últimos detalles que faltaban para el gran día donde se casarían, solo faltando dos días más.

Cuando terminaron de secarse el cabello, Jennie fue la primera en tirarse en la cama cansada, y es que ya estaba cansada de solo ver más y más decoraciones para su vestimenta, además de escuchar las ideas que se le ocurrían a Lisa de la nada.

—¿Cansada? —preguntó Roseanne recostándose en el lado derecho de la cama, el lado donde solía dormir la castaña.

Jennie asintió levantando la cabeza mirando a su prometida, frunció el ceño al ver a Roseanne empezando a acostarse en su lado de la cama, era raro ya que desde el primer momento que empezaron a dormir juntas, Roseanne era la que dormía en el lado izquierdo y ella en el lado derecho.

—¿Qué haces en mi lado de la cama? —preguntó confusa. Roseanne sonrió traviesa.

—Esta vez quiero dormir yo en este lado —se encogió de hombros— ¿No hay problema, cierto?

La castaña dudosa asintió.

—Uh, sin problemas —aun confusa, se movió acostándose en el lado contrario, el cual daba justo a la puerta, lo que más odiaba.

No sabía si era solo ella o qué, pero jamás le gustaba quedar en el lado que daba a la puerta, es por eso que solía dormir en el lado contrario.

—Buenas noches, amor —se despidió la rubia dándole un beso en los labios a su prometida, pronto dándose la vuelta para cerrar los ojos, aunque realmente estaba esperando a que Jennie empiece a rogarle que se cambien de lugar.

Por otro lado, Jennie estaba mirando al techo. Rendida se removió en la cama cerrando los ojos, intentado dormir, pero es que realmente le incomodaba estar tan cerca de la puerta. Mordió su labio y se volteó, mirando la espalda de Roseanne.

Hizo una mueca y habló rogando.

—Rosie... —la mencionada sonrió levemente.

—¿Uhm...? —fingió estar adormilada.

—¿Podemos cambiarnos de lado? Por favor —Roseanne solo siguió fingiendo, esperando a ver hasta dónde podía llegar su novia. Jennie al no ver respuesta por parte de la otra, decidió acercarse más a ella poniendo parte de su cuerpo encima.

Empezó a mover su nariz en el cuello de Roseanne, como si estuviera dándole un beso esquimal. La rubia sonrió encantada por el toque, más aún cuando la castaña empezó a repartir besos por su cara y cuello de forma cariñosa. Había logrado justo lo que ya se esperaba.

—Por favor... —rogó aun dándole besitos a su prometida.

Roseanne enternecida, tomó a Jennie de su cadera y le dio vuelta, dejándola bajo a ella y de paso en el lado que tanto quería la castaña. Se acercó a sus labios para empezar un beso largo y lento, disfrutando del toque contrario.

—Te aprovechas de que no puedo resistir tus muestras de cariño —la rubia hizo un mohín, siendo besada por la castaña que sonreía.

—Un poco, sí —dijo inocente. Roseanne negó sonriendo, abrazando a su prometida disfrutando el rico aroma a coco que tenía Jennie en su cabello— ¿Sabes? Lisa dijo que el día antes de la boda deberíamos dormir en diferentes habitaciones para evitar vernos antes, según ella si nos vemos es de mala suerte —posó su cabeza en el pecho de Roseanne, sintiéndose cómoda y somnolienta.

—Es nuestra última noche de solteras, deberíamos disfrutarlo, ¿No? —dijo juguetona. Jennie sonrió tímida, sabía perfectamente a lo que se refería Roseanne.

—Bueno, Lisa no tiene por qué enterarse

—¿Te refieres a dormir juntas a escondidas? ¿Cómo tener una relación a escondidas? —Jennie asintió. Roseanne se puso nuevamente encima de la castaña besando su cuello— Es excitante —la contraria rio negando, rodeando con sus brazos el cuello contrario.

—Deberíamos dormir, mañana tenemos que terminar de elegir dónde poner las flores, y eso es muy temprano —Roseanne se volvió a acomodar, dejando que la castaña volviera a su anterior posición.

La rubia levantó un poco la cara de Jennie de su mentón, dándole un corto beso.

—Te amo.

—Te amo —correspondió Jennie somnolienta, pero enternecida.

Y cada vez faltaba menos horas para que el gran día llegara. 

𝑫𝒆𝒂𝒓 𝑭𝒖𝒕𝒖𝒓𝒆 𝑾𝒊𝒇𝒆 - 𝑪𝒉𝒂𝒆𝒏𝒏𝒊𝒆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora