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"Mejor... ámame correctamente"

El lugar donde sería la boda estaba preciosamente decorado por varias flores que hacían juego con las sillas blancas, además del arco que tenía algunas flores rojas y amarillas.

Los invitados iban llegando, los cuales se concentraban en ver a su alrededor impresionados, y es que realmente el lugar había quedado precioso.

—Lisa, esto quedó precioso —Halagó Mina que venía junto a Nayeon, admirando hasta los mínimos detalles. Lisa sonrió orgullosa.

En el salón donde se haría la fiesta después de la boda había unas habitaciones donde las novias estaban vistiéndose, claro que cada una en distintas habitaciones.

Mientras tanto los invitados se iban sentando y conversaban entre sí, Roseanne terminaba de acomodarse su corto velo azul marino que era del mismo tono que su vestido, y sus zapatos estaban perfectamente acorde. Su cabello rubio estaba peinado en un recogido elegante, mostrando su frente.

Suspiró nerviosa, intentando calmar sus nervios. Lo único que quería era que el tiempo pasara rápido para poder ir hacia el altar y por fin ver a su futura esposa.

—¿Nerviosa? —preguntó su madre entrando a su habitación. Roseanne asintió mordiendo su labio.

—Demasiado —la señora le sonrió enternecida, acercándose hasta su hija acunando con sus manos sus mejillas— ¿Me veo bien?

—Te ves hermosa, hija —la rubia sonrió mucho más tranquila al tener a su madre a su lado— Debes tener curiosidad por saber cómo está Jennie, ¿No? —su madre le conocía tan bien. Asintió— Solo te diré que se ve hermosa, y está igual o más nerviosa que tú —acarició la mejilla de su hija con cariño sonriendo.

—¿Pasa algo, mamá? —se alarmó cuando vio una lágrima caer por la mejilla de su madre.

—Es solo que desde que naciste soñé por verte casándote y ahora mira; estas a punto de casarte —no estaba llorando porque estaba triste, al contrario, estaba muy feliz por ver que su hija se estaba por casar con, en su opinión, una de las mejores novias que había tenido en todo este tiempo.

—Mamá... —enternecida acarició las mejillas contrarias. Se abrazaron consolándose mutuamente.

La puerta de la habitación fue abierta, asomándose Jisoo.

—Siento interrumpir, pero ya es hora, Roseanne. —anunció. La hora había llegado. 

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La música comenzó a sonar, Roseanne levantó la mirada y pudo ver a Jennie caminado junto con su padre. Sonrió instantáneamente al ver a la castaña acercarse a ella, siendo correspondida de la misma la forma.

Cuando estaban una frente a la otra se tomaron de las manos. La rubia se dedicó a admirar a su prometida, mirando cada detalle como su vestido blanco hueso al igual que su velo y sus zapatos.

—Te ves hermosa —dijo en un susurro Roseanne entrelazando sus manos con las de Jennie.

—Tú también —juntó su frente con la contraria, dándose un beso esquimal.

—Bueno, empecemos —inició la jueza que estaba encantada por ver el tierno momento, y es que Sana amaba esa parte de su trabajo, solo esperaba que no viniera la ex de alguna a oponerse porque ya había visto eso tantas veces. Dio su discurso que ya se sabía de memoria, y el momento que más amaba de este había llegado.

—Yo, Park Roseanne, te quiero a ti Kim Jennie como mi legítima esposa y me entrego a ti. Prometo serte fiel en las alegrías y en las penas, en la salud y en la enfermedad, todos los días de mi vida —habló Roseanne diciendo su parte. Nayeon se acercó con los anillos. Roseanne tomó el anillo de oro para Jennie, lo pasó por el dedo anular de la mano izquierda de la castaña y relamió sus labios. Al menos no había pasado a tirar el anillo. Firmó el papel y volvió a mirar alegre a Jennie.

—Yo, Kim Jennie, te quiero a ti Park Roseanne como mi legítima esposa y me entrego a ti. Prometo serte fiel en las alegrías y en las penas, en la salud y en la enfermedad, todos los días de mi vida —dijo esta vez Jennie tomando el anillo de Roseanne, pasándolo por el dedo anular de la mano izquierda de Roseanne. Finalmente firmó el papel.

—Por el poder que me da el estado de Corea, yo las declaro esposas. Pueden besarse —la pelinegra rodeó con sus brazos el cuello ajeno, y Roseanne posó sus manos en la cadera de su ahora esposa. Se acercaron sonriendo, finalmente juntando sus labios.

Los invitados aplaudieron sonrientes. Oficialmente ya estaban casadas. 

𝑫𝒆𝒂𝒓 𝑭𝒖𝒕𝒖𝒓𝒆 𝑾𝒊𝒇𝒆 - 𝑪𝒉𝒂𝒆𝒏𝒏𝒊𝒆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora