Parte II - Siénteme.

1.5K 30 24
                                    

Y aquí estaría, en enfermedad y prosperidad. Contigo. Hoy, mañana y pasado. Siempre. Recordándote, sintiéndote; durante una eternidad


—Y me estás pidiendo... que lo lleve yo.

Volkov, cruzado de brazos, está supeditado a las finas tiras de luz que se cuelan por la ventana. Los pájaros penden del alféizar, cantando ahogadamente mientras se labran su lugar sobre las macetas—. Así es... Te conozco desde hace muchos años. La profesionalidad con la que trabajas... es evidente. Y yo, ahora mismo, necesito esa calidad en el seguimiento de Horacio— inhala con pausa y baja la mirada hacia el escritorio de su cuñado—. Su condición... es muy delicada, Nikolai. Sufrió un infarto hace una semana y... no puedo arriesgarme a dejar su salud en manos de cualquier cardiólogo.

Nikolai se retira las gafas y las deposita sobre la mesa. Un látigo de luz se refleja en los cristales, pero el doctor sólo sigue esa hilera lumínica hasta el origen. Los saturados amarillos y anaranjados de los últimos minutos del alba se exponen entre los cuarterones de la ventana, enseñándose para inmediatamente desaparecer. Sus pupilas se adecúan al brillo directo contra ellas y aboga por que el día pase más rápido.

—Entiendo que Horacio sea fundamental para ti, sobre todo... sabiendo que ahora estáis juntos de verdad, pero no sé si me van a conceder monitorizar a Horacio sólo por mi cara bonita. Se asigna un médico aleatorio— se desencorva y estira en su sitio. También se cruza de brazos, además de pies. Su diestro sobre su zurdo—. Y por lo que me cuentas... Horacio va a necesitar una atención exhaustiva— no quiere decirlo, porque Volkov es su cuñado y es retorcido hablar de estas cosas tan superficiales cuando la salud de su pareja se tambalea en un hilo tan fino. Es su labor, no obstante. Siguen estando en un país con sanidad privada—. Los gastos... aumentan mucho en ese caso. No sé-...

—No escatimes en gastos. Tengo una situación económica lo suficientemente estable para permitirme tratar a Horacio como merece— sus ojos son iluminados con parcialidad, apenas pequeñas pinceladas del sol en sus irises y pupilas—. Y aunque me tuviese que endeudar durante toda mi vida... me es indiferente. No pude salvar a mi madre y mi hermano cuando enfermaron y... eso es un error que no estoy dispuesto a repetir con Horacio— la firmeza en sus ojos y voz es suficiente para que Nikolai calle y asienta—. No hay nadie... que merezca vivir más de lo que él lo hace. Le di mi palabra de que no lo dejaría solo sin importar el momento y... es una promesa que estoy dispuesto a cumplir— piensa en Horacio, en todo lo que le aporta su personalidad y forma de ser, y no duda ni dos segundos en decir:—. Aunque no estuviese conmigo... me aseguraría de que no le faltase de nada.

El gato de Nikolai, Máximo, se aproxima a su dueño para maullarle. Su tono es grave y su pelaje multicolor y espeso, en parte por su naturaleza y en parte porque tiene un ligero sobrepeso que, aunque su dueño intenta remediar por cuestiones de salud, no parece amenguar. Tiene que volver a llevarlo al veterinario.

Máximo se restriega contra su pantorrilla—. Intentaré que así sea, Viktor— al ver que no recibe mimos, maúlla con disconformidad y abandona a Nikolai en favor de Volkov. Al llegar al cuñado de su humano, se pone a danzar entre sus piernas mientras lo impregna de su olor y pelos. Nikolai baja la mirada al reclamo de atención que impone Máximo—. Tu hermana... hubiese estado muy orgullosa de verte así con alguien. Siempre me hablaba de lo mucho que quería que encontraras una "familia de verdad".

Volkov baja la mirada mientras suelta un soplido de tranquilidad. Sonríe un poco a Máximo y se pone de cuclillas para otorgarle la atención que busca. Pasea su mano por todo el lomo del gato, abovedándolo según Máximo reacciona a las caricias y arquea la columna por la satisfacción de ser masajeado.

Despertares - [Volkacio]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora