⠀⠀OO7 | THE REAL JASON TODD

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—¡Y Wally me dijo que las hormigas se volverían gigantes si las metíamos en la piscina! Pero me mintió —bufó Dick, cruzándose de brazos. Jason río.

—Seguro Wally tampoco tenía idea de que las hormigas no iban a crecer si se arrojaban a la piscina —artículo Jason, con la vista fija en la carretera.

—Wally siempre me miente... pero lo amo... es mi mejor amigo —empezó a balbucear el pelinegro, soltando pequeñas risas—. Pero, Jason... no te pongas celoso. Yo también te amo a ti.

Jason no dijo nada, pues su vergüenza no le dejaba.

—Es ahora cuando me dices que tú también me amas, Jay —le recordó Dick, sonriendo ampliamente, pero sin mostrar sus dientes. Ante aquella mirada de cachorro, Jason simplemente no pudo negarse.

—También te amo, Dickie —murmuró, sonriendo ruborizado.

Dick se calló en ese momento y los que siguieron después y Jason lo agradecía, pues no quería tener que morir de la vergüenza por otras cosas que se le pudiesen salir a Dick en ese estado de ebriedad, donde parecía no tener filtro alguno a la hora de hablar.

Un par de minutos después, ambos estaban frente a la casa de Jason, quien hace tan solo un par de meses vivía solo con su hermano menor, Damian, quien le había recibido con los brazos abiertos cuando volvió del intercambio estudiantil en Gotham High.

Salió del auto, pensando que tendría que abrirle la puerta a Dick y llevarlo él mismo hasta el interior de la casa, pero se sorprendió en cuanto el mayor abrió la puerta y salió por su cuenta, caminando entre tropezones hasta la entrada.

Jason le siguió rápidamente, posicionándose a su lado.

—¡Kory! —gritó Dick, deteniéndose unos metros antes de llegar a la puerta.

—Kory no se encuentra aquí, esta es mi casa —le hizo saber Jason, parándose frente a Dick, quien le miró con el ceño fruncido.

—¿Por qué me trajiste a tu casa, Jay? —preguntó Dick, enarcando una ceja.

—No tenías dónde dormir. Yo me ofrecí a darte hospitalidad porque sé que mi hermano no pasará aquí la noche, además, a él no le molestará —le explicó Jason, esperando que Dick le entendiese. Este sonrió.

—Si querías que durmiera contigo no tenías que inventar una excusa —Dick hipó—. Yo hubiese venido... si era contigo... sin importar nada...

Jason sintió calientes sus orejas.

—No, Dick... yo... y-yo...

Dick abrazó a Jason acercando en demasía su rostro al del menor.

—Silencio, Jason. Despertarás a Kory... —susurró Dick, mirando fijamente a los labios de Jason, quien empezó a entrar en pánico de inmediato. ¿Y si Dick lo besaba? ¿Qué se supone que debería hacer si Dick lo besa? ¿Apartarlo? ¿Y si se sentía rechazado?

Pero no tuvo tiempo de pensar mucho más, pues Dick le besó en la nariz y se apartó, tambaleándose hasta la puerta, donde empezó a golpear aparatosamente, sin cuidado alguno. Jason tuvo que respirar más de tres veces, contando hasta diez.

Jason caminó hasta él y lo apartó levemente de la puerta, dándole tiempo para mirarlo con una sonrisa boba y abrazarlo por la espalda, trepándose en su cuerpo como un pequeño koala.

El menor sonrió y abrió la puerta, luchando por no caer hacia atrás y herir a Dick. Cerró la puerta de su hogar una vez ambos estuvieron dentro. Dick enredó sus brazos en el cuello de Jason y apoyó su mejilla en el hombro del menor, suspirando pesadamente.

FALOFILIA ── JAYDICKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora