Rayos escurridizos que lograron atravesar aquellas ásperas cortinas caían sigilosamente sobre la cara de aquellos amantes.
Abrazados y dormidos sobre aquella cama con cabijas aterciopeladas que ayudaban a sobre llevar el frío de Inglaterra.
Acurrucados y sincronizados con la respiración del otro, era la escena perfecta.
Con sigilo y movimientos calmados el chico se sentó en la cama adormilado pensado en la noche anterior. La mirada de amor que le daba a la joven a su lado era sin duda, la más extraordinaria que un humano le podía dar a otro. El cariño que emanaban el uno por el otro era inigualable. Era como si estuvieran hechos definitivamente el uno para el otro, de eso ninguno tenía duda, pero justo por eso Alex se preguntaba porque no podían estar juntos.
Deseaba más que absolutamente nada poder despertar de esa manera cada día del resto de su vida. Que al abrir sus ojos lo primero que pudiera ver fuera la anatomía de aquella singular castaña. Que su boca fuera lo primero que sus labios tocaran y sus manos su cuerpo atrapándola en un cálido abrazo del cual no escaparía. Su risa la primera melodía que sus oídos escucharán y solo con ese ritual terminando, podría empezar su día.
Esa locura desenfrenada de amor había comenzado la primera vez que la chica había dicho su nombre. La primera vez que esas 4 letras habían salido de su boca en forma de llamado sintió que nunca antes nadie lo había llamado de esa manera. Sintió que cuando sus labios lo mencionaron lo habían hecho suyo y nunca otra persona lo podría decir igual, de hecho, no quiso que otra persona lo mencionara quería que fuera de ella. Que su nombre y él fueran de ella.
No quería ni necesitaba nada más en el mundo que repetir ese escenario cada día hasta que la tierra reclamara sus cuerpos de nuevos, e incluso en ese momento, deseaba morir en sus brazos para saber que había dado su vida por ella y así como ella le había dado las ganas de vivirla. ella se las había quedado.
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𝐑𝐨𝐨𝐦 𝟓𝟎𝟓 -𝐀𝐥𝐞𝐱 𝐓𝐮𝐫𝐧𝐞𝐫
Fanfiction-𝑰𝒎 𝒈𝒐𝒊𝒏𝒈 𝒃𝒂𝒄𝒌 𝒕𝒐 𝟓𝟎𝟓... En la habitación 505 ellos podían amarse, podían sentirse, podían tocarse incluso si al día siguiente debían ser desconocidos otra vez...