Estaba desperado.
¿Era idea suya o el tren iba muy lento? Seguramente su mente de nuevo le estaba pasando una mala jugada y sabía que por más que odiara eso, no podía hacer mucho al respecto.
Movía su pierna con rapidez en un intento inconsciente de liberar su ansiedad pero era en vano, nada de eso lo calmaría. Solo ella.
Ya llevaba 45minutos de viaje, 5 más y llegaría a su destino ¿porque estaba tan impaciente entonces?, era que simplemente no veía la hora de finalmente llegar, de llegar con ella.
Los minutos finalmente se completaron y el tren había sido más puntual que de costumbre, -cosa que había agradecido miles de veces- para antes de que si quiera la máquina se detuviera él ya estaba parado frente a la puerta esperando que esta fuera abierta para salir corriendo cual bala recién disparada. Tenía prisa.
Tomo el primer taxi que se le atravesó y sin siquiera dar un educado "buenas noches" le indicó la deseada dirección, él señor que esa noche sería su chofer, pese haberse molestado por los malos modales del muchacho no le proporcionó nada más que un simple si.
Cada calle que recorría se le hacia infinita, los minutos eran horas y la desesperación crecía. Estaba tan cerca.
Pago lo indicado más un bono extra por su mal carácter, no se molestó en siquiera conocer el nombre del hotel donde se quedaría simplemente entró a la recepción y reclamo la llave de su habitación.
Pasos acelerados destacados por el pequeño pero fuerte tacón que tenía la suela de sus zapatos, algo sucios por los suelos que había atravesado. Camino por largos y tortuosos pasillos con cientos de puertas leyendo desesperante los números que indicaban el nombre de cada habitación.
500, 501, 502, 503, 504...
Y finalmente,
505
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𝐑𝐨𝐨𝐦 𝟓𝟎𝟓 -𝐀𝐥𝐞𝐱 𝐓𝐮𝐫𝐧𝐞𝐫
Hayran Kurgu-𝑰𝒎 𝒈𝒐𝒊𝒏𝒈 𝒃𝒂𝒄𝒌 𝒕𝒐 𝟓𝟎𝟓... En la habitación 505 ellos podían amarse, podían sentirse, podían tocarse incluso si al día siguiente debían ser desconocidos otra vez...