Debajo de la sombra de un gran árbol del jardín, se encontraba pensativo y nostálgico el joven Bright sentado en cuclillas, abrazando sus rodillas y apoyando su rostro en uno de sus brazos.
Era su lugar favorito para despejar su mente y meditar. Pero por alguna extraña razón no podía hacerlo, un sentimiento de nostalgia lo tenía completamente abrumado. Solo podía pensar en lo mucho que extrañaba la sonrisa, la elegancia, la caballerosidad y el encanto de aquel joven a quien debía espantar la noche del baile.
Se sintió tonto por sentirse de ese modo ¿cómo había podido enamorarse en una sola noche? Y sobre todo, ¡de un chico!
Sentía tristeza de pensar que aquel muchacho no había sentido nada de lo que había aparentado sentir aquella noche, ya que creía que él era una chica. Si descubriera la verdad se decepcionaría y todos aquellos sentimientos se esfumarían de inmediato, eso es lo que el joven Bright pensaba que sucedería si revelaba su verdadera identidad a aquel chico.
Unas lágrimas comenzaron a caer por su rostro.
Luego de un rato llegó su prima y lo sacó de aquellos pensamientos melancólicos mediante un golpe en la cabeza.
Bright - "¡Oye, ¿qué te pasa?! - gritó enojado.
Kari - "¡Se supone que debías espantarlo, no hacer que comenzara a buscarme!"
Bright se quedó callado en ese instante, ¿la estaba buscando? ¡En realidad a quien quería volver a ver era a él!
Kari - "¡No sé de dónde saco mi número, pero se sintió con derecho a llamar y pedirme que nos volviéramos a ver!"
Bright – “¡Todo esto fue tu enredo! ¿Ahora qué haremos?” - preguntó molesto.
Kari – “No podemos dejar que sepa que lo engañamos, ¡le dirá a sus padres y a los nuestros y será nuestro fin! lo espantaré yo misma.”
Bright - "¡¿Qué?! ¡¿Seguirás con éste lío?!"
Kari – “Alégrate de que ya no serás parte de él, ¡yo me encargo! ¡Mas te vale no decir nada!”
Así era de voluble su prima, claro que Bright no podía decir nada pues él también era parte de ese embrollo, pero algo le incomodaba. En lugar de sentirse libre pues en teoría él ya había cumplido con su parte, pensaba en Win y en lo que él mismo sentía, pero no sabía qué hacer ni cómo arreglar las cosas.
Le preocupaba mucho que Win fuera a odiarlo si descubría la verdad.
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En el enorme campus universitario se encontraba Win buscando la explanada principal, ahí había quedado de verse con Kari.
Era una universidad muy exclusiva, para familias de descendencia real e hijos de importantes políticos y empresarios. Win estudiaba en el extranjero, pero eran finales de semestre y ya había terminado todas sus clases, lo que le permitió regresar con su familia antes del periodo regular de vacaciones.
Llegó con tiempo de sobra, así que para que se le pasara rápido se sentó en las gradas que estaban cerca de la cancha de futbol, en donde se llevaba a cabo un partido entre alumnos de diferentes carreras.
Empezó observando ese partido muy superficialmente ya que solo lo hacía para entretenerse mientras se llegaba la hora de su compromiso, sin embargo alguien captó rápido su atención.
Era un joven que corría muy veloz y esquivaba con facilidad a sus oponentes. Su destreza con el balón era impresionante. Anotó un par de goles en poco tiempo sin que el portero pudiera hacer nada para evitarlos.
Lo observó con más detenimiento. Era realmente atractivo. Su cabello era muy negro y el corte dejaba caer unos mechones más largos en la parte delantera, lo que hacía resaltar aún más su rostro.
Tenía un aire de familiaridad. Pero estaba seguro que no lo había visto antes pues sin duda lo recordaría.
Era Bright.
Mientras estaba perdido en sus pensamientos observando a aquel joven tan atractivo y hábil en los deportes, sonó su celular haciéndolo despertar del trance.
"Hola, ya llegué." - le dijo una voz femenina.
Aunque sabía que era Kari, desde la primera vez que habló con ella por teléfono le pareció que su voz había cambiado mucho, pero decidió no darle importancia a ese detalle pues estaba seguro que no se había equivocado de persona. Su asistente se había encargado de conseguirle el teléfono, no había manera de que se equivocara.
Se dirigió a la explanada donde habían acordado verse. Esperaba volver a sentir todo aquello al verla de nuevo sin embargo algo extraño le pasó.
Se veía distinta. Definitivamente se veía diferente, pero no podía distinguir exactamente qué era. Aun así estaba seguro que había cambiado. A simple vista se veía que había algo diferente, cuando menos un poquito.
¿Sería el maquillaje? No, no llevaba un maquillaje muy distinto al de aquella noche. ¿El peinado? ¿El vestuario? Quizá su apariencia había cambiado un poco, pero la química que había sentido al tocarla aquella noche no había manera de que pudiera cambiar.
Hizo la prueba. En cuanto pudo la tomó de la cintura para comprobar que el sentimiento siguiera siendo el mismo.
Nada.
No sintió nada.
Se desconcertó de inmediato. "¿Qué está pasando?" pensó para sus adentros.
No entendía como una noche esta chica le había provocado sentimientos tan intensos desde el primer momento y ahora que la había vuelto a ver no sentía absolutamente nada.
Y no era solo eso. Aquella noche Kari al principio había sido muy tímida, poco a poco conforme fue pasando la noche se había ido relajando y aunque su comportamiento seguía siendo tranquilo era a la vez muy dulce.
Ahora se estaba comportando de manera extraña, como si le molestara tenerlo cerca.
¿Se habría molestado por cómo había terminado aquella noche? Quizás ese último momento incómodo por el que habían pasado había tenido un impacto en ella. Sería una lástima que solo por una cosa se arruinara ese sentimiento tan especial por parte de ambos.
Win pensó que era necesario contentarla. Si es que había pensado mal de él después de aquello que había sucedido haría todo lo posible por demostrarle que él no era así, que en realidad era un caballero y podía tratarla como toda una reina.
Aunque nunca le habían gustado las mujeres sabía a la perfección como conquistarlas. Antes de que aceptara el hecho de que no le gustaban era algo que hacía muy seguido.
Todo era cuestión de tenerles paciencia y ser perseverante durante un tiempo. Rápidamente se ilusionaban cuando un hombre demostraba estas dos cualidades para con ellas. Además claro de algunas otras cualidades como ser caballeroso y explotar al máximo el atractivo personal.
Y tenía razón, eso conquistaba a cualquier chica...heterosexual.
-Continua en cap.3-

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Cinderell
RomanceBright es obligado a hacerse pasar por mujer la noche de un baile y engañar al joven Win sobre su identidad.