𝗢𝗻𝗲

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El día no era uno de los mejores para el detective, y no lo serían pronto de igual manera debido al conflicto interno que tenía. No había una verdadera razón para sentirse deprimido, no si no quería parecer un exagerado.

Pregúntale a su yo pasado directamente si estaba bien siendo un beta, y él te respondería un rotundo sí, podría darte muchas razones del por qué inclusive. Pero ahora, en la situación en la que está, podría reconsiderar su respuesta muy detenidamente.

Al no tener necesidad real de una pareja ni pasar por ciclos de celos, no veía demasiado atractivo el cuestionarse el segundo género de las personas, no los podía oler con claridad igualmente y no había utilidad dé.

Si un omega se le acercaba, el hacía caso omiso a su supuestos aromas dulces, sin encontrarles un real atractivo, y si era un alfa, sólo pasaba de prestarle atención a sus posturas consideradas por el resto del mundo dominantes y magnéticas.

Al no tener feromonas, claramente no sentía las del resto, siendo lo único de lo que se enteraba eran aromas suaves y muy específicos, si tuviera que describirlo sería como una fragancia o un perfume. Hacía todo mucho más tranquilo y monótono cuandode tratar con gente se trataba, no era muy fan de socializar igualmente.

Cuando empezó a salir con Edgar, su visión hacia el tema dió un gran giro inesperado, con muchas consecuencias en el camino.

No fué un misterio (pero si una sorpresa debido a su poco parecido a uno) que el castaño fuera un alfa, y debido a su poca experiencia en ése terreno, estaba aprendiendo del tema mediante al único referente que tenía.

Fukuzawa era un alfa también, pero nunca le prestó atención en el tiempo que pasó viviendo con él porque de nuevo, no lo sentía interesante.

Ambas personas cercanas, con naturalezas similares pero demasiado diferentes a la vez.

Edgar era demasiado tranquilo y calmado, demacido para ser un alfa, etiquetados comunmente como algo problemáticos. Su pareja logro confundirlo mucho cuando lo comparaba con quienes eran deacritos como personas muy dominantes y territoriales.

Muy moldeable y educado para la naturaleza casi destructiva que supuestamente viene programada en su chip cerebral. Ranpo no habría notado su segundo género si no fuera por la confirmación del mismo cuando le preguntó directamente.

Incluso el aroma del más alto era excesivamente suave en comparación a otros alfas, parecido a café o madera. No podía decir mucho respecto a eso ya que su olfato era mucho menos desarollado, pero por opiniones ajenas podía deducirlo.

Su noviazgo se dió de una manera muy normal, como si ambos fueran sólo dos personas sin un género en especial compartiendo y amandose en su mundo acaramelado, lleno de citas, amor, cursilerías y bla bla bla.

Fué lo que viene después de formar relación romántica con un alfa la real cuestión, la problemática de éstos momentos en su vida.

Aunque no lo notara y no lo pareciera, Poe seguía siendo lo que por naturaleza le exigía, y aún cuando su sobre esfuerzo por ser alguien decente era mucho, su cuerpo era lo que era al final del día. Lo mismo que otros alfas sólo que mucho más sutil y siempre apegado a su juicio.

Era posesivo aunque no quisiera admitirlo y muy sobreprotector con el chico de brillantes ojos esmeraldas cuando se lo proponía.

Lo marcaba con su aroma cada que podía, satisfecho por poder hacerlo todo lo que quisiera ya que el menor no se percataba de la fuerte señal de "Aléjate" que gritaban sus feromonas territoriales impregnadas en la ropa del más bajo.

Disfrutaba de mimarlo y cuidarlo, casi excesivamente a pesar de que el azabache no debía ser un omega para hacer eso. La imperiosa necesidad de tratarlo como a su alma no se iba a menos que hiciera su cuidado especial matutino.

Beta | bsdDonde viven las historias. Descúbrelo ahora