Girl Crush | Draco Malfoy

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MARATÓN.

Camine con aburrimiento patrullando el pasillo, Parkinson y yo nos separamos para que fuera más rápido. Llevaba conmigo mí cuaderno, la noche estaba helada.

A veces aprovechaba para salir al patio y mirar las estrellas, las noches eran más silenciosas.

Me gusta el silencio.

Mi parte favorita del día es cuando es de noche, el castillo está en silencio y hay tranquilidad.

Pero al parecer hoy era la excepción.

Escuche un quejido por lo bajo que resonó en el pasillo, ¿Había alguien fuera de su cama? Interesante. Ya era hora de poder regañar a alguien.

Seguí los sollozos hasta encontrarme una chica de espalda sollozando.

Vale, debo admitir, quiero correr en estos momentos.

¿Y si es algún maligno? ¿Algún fantasma? ¿Algún monstruo? Oh espera, se está volteando. ¡Alerta, Draco! ¡Alerta! ¡CORRE! ¡Pide ayu...

— ¿Sophia? — pregunté cambiando mi semblante asustado por uno preocupado, me acerqué rápidamente — ¿Qué paso estas bien?

Ella se giró al instante que oyó mi voz.

— Drake.

Otra vez no.

— Draco — corregí.

— Es cierto — dijo apenada después de pensarlo unos segundos — lo siento. — limpio torpemente sus mejillas.

— ¿Estás bien? ¿Sucedió algo?

— No, no te preocupes. Es solo que tuve castigo con Umbridge.

¿Estaba llorando por eso? No entiendo. ¿Qué tiene de malo para estar así?

Deslice mi mirada cuando sobo el dorso de su mano, fruncí el entrecejo.

— ¿Qué te hizo?

— No es...

— ¿Qué te hizo? — repetí ya más serio.

— Es parte del castigo — me extendió su mano, mire como el dorso de su mano estaba rojizo y tenía una cicatriz viva.

— ¿Ella te hizo esto? — pregunte tomando delicadamente su mano, no quería lastimarla.

— No ella, fue una pluma.

La mire sin entender.

— Me pidió que hiciera unas oraciones con una pluma especial, y bueno... todo lo que escribía aparecía en el dorso de mi mano.

— Mierda, se ve mal — susurre sin dejar de ver el dorso de su mano, acaricie con cuidado encima de su cicatriz.

Su piel es demasiado suave, como el de un bebe.

— Está bien — dijo queriendo no tomarle importancia — al menos ya mañana no volveré.

— Te quedara una cicatriz — sonreí de lado — pero puedo hacerte una poción para hacerla desaparecer, si gustas.

— ¿Hablas enserio? ¿Sabes hacerlo?

— Claro, soy uno de los mejores de Slytherin. No te preocupes — solté lentamente su mano, aunque gustara seguir acariciándola, no quisiera incomodarla.

— Gracias, Draco. ¿Qué haces fuera de las mazmorras?

— Me toca patrullar hoy — le recordé dando un paso atrás viéndola — justamente estaba revisando este pasillo.