A medida que crecía, Sunghoon había comenzado a considerarse a sí mismo como un alma desafortunada. Huérfano de madre y abandonado por su padre, se hace cargo de su hermano menor mientras lidia con un padrastro y dos hermanastros insufribles.
No hay...
Me siento en la obligación moral de advertir: Capítulo con referencias a problemas alimenticios, abuso de sustancias así como consumo del cigarro. No se metan porquerías amistades, les tkm.
Y recuerden que esto es ficción, gracias:)
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Jo mira fijamente el tazón con cereales de colores que recién se ha servido. Traga en seco antes de decidirse por devolverlos todos a la bolsa y esconder las evidencias de su intento fallido. Minutos después, Ta-ki entra y lo observa con una ceja alzada pues él está sosteniéndose de los bordes del fregadero de manera nerviosa.
— ¿Desayunaste? — Preguntó, pues no ve ningún trasto sucio que indique que el menor ha ingerido alimento. El Park niega suavemente y le sonríe o al menos eso intenta.
— Compraré algo llegando a mi escuela, ya voy tarde. — Dijo, limpiándose las manos repetidas veces en sus pantalones grisáceos, el muchacho de gafas se cruzó de brazos y asintió algo rendido.
— ¿Quieres que te acompañe?
Jo negó suavemente.
— Gaku pasará por mí, gracias. — Declinó el ofrecimiento de manera amable y al mayor no le quedó de otra más que afirmar nuevamente rendido, viéndolo marcharse con prisas. Una vez que se cercioró de que el pequeño pálido se había ido, sacó su teléfono y marcó a un número que tenía en su registro de llamadas recientes.
