¿Qué quieres?

Un nuevo romance

José estacionó el coche justo frente al portal de Olivia, se bajó y dio la vuelta rápidamente para abrirle la puerta. Ella se bajó sonriendo y caminaron el escaso trecho hasta la entrada.

-Muchas gracias por la invitación, realmente lo he pasado muy bien.

-¡A su servicio, Milady!- Respondió José tomando su mano y besando su dorso. Olivia sonrió y realizó una teatral reverencia correspondiendo a la galantería de José. Cuando se incorporó se dio cuenta de que él se había acercado. Entonces, tomó suavemente su rostro entre las manos, la besó con delicadeza. Fue apenas un roce, pero Olvia sintió como si miles de hadas revolotearan a su alrededor. Inesperadamente agradale, inesperadamente delicioso. Se separaron lentamente casi como si no quisieran hacerlo.

-Oli, se que te dije que sería una salida de amigos y no quiero faltar a mi palabra, pero en verdad me gustas mucho...

Olivia no lo dejó continuar, selló sus labios con un nuevo beso dejando morir sus palabras en el olvido. José no dudó ni un segundo, la tomó de la cintura y la acercó en un abrazo que hablaba de necesidad. Olivia enredó sus brazos en el cuello masculino disfrutando y entregándose con la misma imperiosa exigencia. Ella no esperaba sentirse de ese modo, José le gustaba, si; pero nunca pensó que despertaría en ella todas esas maravillosas sensaciones que estaba experimentando. Si bien había tenido relaciones anteriormente, desde que conoció a Lucas no tuvo ojos para nadie más. Ahora se daba cuenta de que tal vez, por su enamoramiento hacia Lucas, no se dio la oportunidad de conocer a otras personas, pero no pensaba dejar pasar esta oportunidad.

Se alejaron con las respiraciones agitadas y una sonrisa en la cara.

-Entonces...- Dijo José con una mirada pícara -¿Yo también te gusto?

-Mmm... Me lo estoy pensando...

-En ese caso te ayudaré a considerarlo mejor.- Respondió él con un ronroneo y volvió a tomar sus labios en un nuevo beso.

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Alinna se sentía aturdida, había pasado la noche entre sueños raros donde se mezcalaban los rostros de Matías y Marco y se despertó con la imagen de ella abrazada a Marco mientras veía a Matías abrazado a Valeria.

Decidió darse una ducha para quitarse el desasosiego que crecía en su interior, sin embargo, no lo logró. Tras vestirse con un pantalón pinzado beige, una camisa de mangas tres cuartos blancas y sus stilettos animal print, continuaba sintiéndose intranquila. Matías no le había enviado ningún mensaje y, si bien no era una persona celosa sin motivos, la actitud de Valeria le daba mala espina y el sueño que tuvo solo incrementó esa sensación.

Estaba a punto de salir cuando sonó el timbre de su puerta. Observó por la mirilla y luego la abrió. Allí estaba Matías con dos cafés en la mano y cara contrita.

-Hola, un vecino que salía me permitió pasar. Siento mucho lo de anoche. ¿Me perdonas?

-¿Qué tipo de café es?- Preguntó ella perpicaz.

-Un caramel macchiato.- Contestó acercándose con una sonrisa seductora.

-Estás a medio camino de conseguirlo.- Dijo tomando el café que él le entregaba.

Matías la tomó con su mano libre por la cintura, la acercó y le dió un beso que le quitó cualquier pensamiento de enfado.

-¿Y ahora?

-Bésame otra vez y me lo pensaré.

Él no dudó ni un segundo, arrasó su boca con hambre haciéndole perder completamente la cordura. Le llevó todo su control detenerse y no desnudarla allí mismo.