Ojo, bastante smut, ya saben, si no les gusta no es obligatorio leerlo 💋
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—Jihyo, cariño, Jeongyeon nos invitó a una fiesta, ¿vamos?— Le preguntó Sana a su novia, quien usaba su teléfono y bebía jugo de naranja mientras se encontraba sentada cómodamente en el sofá de su sala
—Mm, no tengo ganas, además, terminas muy borracha y coqueteas hasta con los perros de Momo— Respondió Jihyo sin quitar la mirada de su teléfono. Sana frunció el ceño y como notaba que su novia estaba muy atenta al teléfono, decidió acercarse lo suficiente a ella para que se diera cuenta de que algo quería
—No vamos a tener sexo, Sana, son a penas las cuatro de la tarde— Sana suspiró y se rindió, yéndose a la habitación que compartía con Jihyo
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Sana estaba usando su teléfono, para ser más exactos, estaba mirando una serie. Mordía su labio inferior cada vez que la protagonista aparecía
Jihyo había interrumpido a su novia, entrando a la habitación sin avisar
—¿Con quién hablas y por qué muerdes tu labio?— Preguntó la chica gateando hasta donde estaba Sana
—Y-Yo? Mordiendo mi labio? De dónde sacas esas cosas, deja de imaginar— Dijo nerviosa la japonesa, se había metido en un lugar del cual saldría sin fuerzas
—Deja de hacerte la tonta conmigo, cariño, este tipo de comportamientos merecen un castigo, y uno bueno..— Jihyo se acercó más a Sana, poniendo su mano encima de su muslo, apretando levemente
—B-Bebé, y-yo..— Sana no podía hablar, estaba congelada en su sitio
-No hables, no me gusta que hables. Prefiero que- La coreana se acercó al oído de su novia antes de susurrar— Prefiero que grites y gimas por lo buena que soy con mis dedos y lengua, cariño— Susurró, metiendo la misma mano que antes acariciaba el muslo de su novia por dentro del pequeño short que llevaba
—Hyo..fóllame por favor— Pidió la nipona, dándose cuenta que su novia la iba a dejar en abstinencia
—Que te dije de hablar, Sana? Hazme caso— Dijo demandante la chica, tomando a Sana del mentón y haciendo que la mirara
Jihyo quitó el teléfono de las manos de su novia, poniéndolo encima de la mesita de noche que tenía a su lado
Tomó los shorts de la Japonesa por sus bordes y los bajó con fuerza y rapidez junto a sus bragas
Sana había dejado ir un grito ahogado debido a la acción de su novia, Jihyo lo calló con un beso bastante caliente. Sus lenguas jugaban entre ellas, mientras que los dedos de Jihyo tanteaban la entrada de Sana
—¿Sabes que debes correrte cuando te lo diga, no?— Preguntó Jihyo separándose del beso y mirando a Sana— ¿Sabes que si no me obedeces y te vienes antes te dejaré sin sexo por un tiempo indefinido, no?
Sana solo asintió lentamente, mirando con atención los movimientos de su novia
—Meteré dos dedos, los voy a mover a una velocidad bastante rápida. Te quiero escuchar gemir, pero no te corras hasta que te diga— Advirtió la coreana, metiendo dos de sus dedos en la intimidad de la nipona, escuchando como un fuerte gemido salía de sus labios
—Oh Dios! Si!— Gimió Sana, abriendo más sus piernas y dejando que Jihyo se encargara de ella
—Avisa si te vas a venir— Dijo Jihyo en un tono grave, metiendo y sacando sus dedos a una velocidad muy rápida
—C-Cariño! M-Me vengo— Gimió Sana retorciéndose ante todo el placer que su novia le estaba otorgando
Jihyo sacó sus dedos de inmediato y los cambio por su lengua, haciendo que Sana se corra con un chorro
—Hmm..bebé, te corriste mucho— Dijo Jihyo aún con su voz grave, haciendo que Sana bajara y cerrara sus piernas—Lame— Dijo la Coreana poniendo sus dos dedos frente a la boca de Sana, viendo cómo luego esta última los lamía
—C-Cariño, estoy cansada..— Dijo Sana separándose de los dedos de Jihyo y cerrando sus ojos
—¿Y a mí que me importan tus excusas? Sigues castigada— Le respondió su novia con fuerza
—Y-Ya no quiero..por favor— Dijo la nipona aún con sus ojos cerrados, moviendo su cabeza a los lados
-—Sin sexo por todo lo que queda de la semana, preocupa satisfacerte sola— Dijo Jihyo acercándose a besar el cuello de Sana, mientras que su mano bajaba por su clavícula y llegaba a sus pechos
Los apretó hasta que escuchó jadeos de la boca de su novia. Cuando los oyó dejó de apretarlos y salió de la habitación, dejando a una Sana empapada por su orgasmo y cansada
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