| 𝙲𝚛𝚊𝚣𝚢 𝙸𝚗 𝙻𝚘𝚟𝚎 | 𝙹𝚒𝚖𝚒𝚗 | 𝙹𝚞𝚗𝚐𝚔𝚘𝚘𝚔 | +𝟷𝟾

14 | Lee Sook Hye | Park Jimin

En mi vida, hubo un tiempo donde todas las piezas parecían encajar.

—Sí sigues así, tendremos que mudarnos a una casa más grande—. Contestó Jungkook.

—¿Podemos? —. Pregunte sonriente —Si es posible entonces, ¿quién necesita una cocina si podemos pedir a domicilio? —. Jungkook me tomo de la cintura abrazándome entre sus brazos a la par que los míos los colocaba en su cuello juntando nos poco a poco para darnos un beso.

El hombre con el que había soñado, hecho.

Haber conseguido empleo en una de las grandes empresas de modelaje y ropa, hecho.

Graduarme en psicología, hecho.

Esperar un bebé sin idea de que suceda, sí, hecho también.

—Al parecer todo está listo en el camión—. Se separa de mí.

—¡No puedo creer que esto esté pasando! —. Dije emocionada.

—Está pasando, Lee.

—Bueno, toma, es lo único que falta—. Le entregué una lámpara.

—Ja—. Soltó en sentido de sarcasmo —No queremos dejar a Diana y Hanna sin luz, déjala, no la necesitas.

—Encontrarás un lugar para esto—. Se la di en sus manos y salió del departamento donde las 3 vivíamos.

Para ser sincera no podía borrar de mi cabeza la idea de que por fin esto empezaba a conciliarse. Mi sonrisa se puede decir que la tenía de oreja a oreja, pero al girar mi vista hacia la cocina, estaban ellas, cruzadas de brazos con la cabeza baja.

—Escupan lo que sea que estén pensando, vamos—. Dije acercándome a ellas.

—Pero, si no te dijimos nada—. Contestó Hanna sin verme a la cara.

—Ustedes no necesitan palabras, sus expresiones hablan por sí mismas—. Por fin estaba frente a ellas cruzada de brazos.

—No. Creo que es la mejor idea que has tenido, te embarazas del hombre que amas, vivirán juntos, se casarán y vivirán felices por siempre—. Dice Diana, con un notable sarcasmo.

—¡Exacto!, ¡Él, no se espanta con nada! — comenta Hanna.
—Es gusto la dirección donde sabíamos que iría tu relación—. Sonríen a la par.

—Escuchen, sé que piensan que Jungkook me puede volver a lastimar, pero se equivocan.

—Ja, si claro.

—Él no va a dejarme.

—Ya lo ha hecho, en varias ocasiones. ¿Qué te hace pensar que esta vez es diferente? —. Dijo Hanna.

—Ambos queremos esto, eso lo hace diferente—. Replique.

—No, Lee—. Me señala —Tú quieres esto.

—Él te dijo que no, Lee.

—Pero se disculpó.

—Con una chaqueta para bebe, por dios que ridícula—. Replicó Hanna, quien aún estaba cruzada de brazos.

—Estas ignorando todas las veces que te lastimo e hirió. Las palabras con las que te insulto, parece que no tienes memoria.

—¡Está vez le creo! —. Replique molesta.

—Tu, le crees todo lo que te dice. Él se va y viene cada que quiere, se disculpa y ahí vas como tonta a creerle todo lo que te dice.

—Sedes de una manera tan fácil que él ya te ha tomado la medida. Todo es un ciclo y tú no haces nada por romperlo o ponerle un hasta aquí—. Dijo Hanna.