PRÓLOGO - CRUCIFIED

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Fue aquel día, el día en el que el poseedor del alma del mundo se erigió en los diurnos cielos de cierto imperio occidental, con sus brazos extendidos a los lados y sus piernas pegadas como el divino Jesús había estado en la cruz tan solo tres siglos atrás y solapando el sol en el centro de su circunferencia perfecta, fue aquel mismo día la fecha en la que la humanidad comprendió que se hallaba ante el nacimiento de un Dios, uno verdadero y que dejaba a la altura del betún cualquier imaginación o conjetura creada por sus mentes hasta ese momento. 

Tenían ante ellos la imagen empírica de un ser superior, y todos sus sentidos lo percibían. Miedo, incertidumbre, exaltación, y... admiración. Una admiración sin precedentes ante la belleza andrógina de ese ser que se alzaba en lo alto.

Los brazos aparentemente estáticos de ese ser comenzaron de pronto a moverse lentamente, de forma casi mecánica. Las palmas, ausentes de yagas, trazaron una trayectoria de media circunferencia que terminaría con el choque de estas mismas, y en el momento en el que susodicha colisión se iba a producir, en ese momento, los seres humanos que testimoniaban este suceso supieron que su destino había sido sentenciado. Iban a morir de forma espantosa allí mismo, confluyendo sus almas en un remolino interminable de sufrimiento que conduciría a lo más parecido al propio infierno, si es que se le podía denominar así ante la ausencia de un nombre que connotara un lugar peor.

Las palmas se atrajeron entre ellas como imanes de polos opuestos a cámara lenta, cruzándose en un punto perfectamente centrado de el cuerpo de la criatura, justo en frente de el centro de su pecho.

Estaban a milímetros de colisionar, la tensión en el ambiente era indescriptible y se podría cortar con el más ínfimamente afilado de los cuchillos, la respiración se había detenido en cada uno de los individuos que se encontraban en el inusitado escenario. El divino y cruento suceso estaba apunto de tener lugar, y... 

Oscuridad total, todo se desvaneció. Y, de repente, comenzaron a brotar muchos conceptos e imágenes, intercambiándose los unos con los otros en intervalos inferiores a milisegundos.

RAMAS

LÁTIGO VEGETAL

MANOS AMPUTADAS

SANGRE

PADRE

CREACIÓN

GEMA

NILSA

SAGURO

TIEMPO

LUZ OSCURA

ALDA

PLUMA CELESTE

ELVIUS

DAERIS

ALMA DEL MUNDO

ALAIR

PLANTAS

REINA

JUICIO FINAL

LÁGRIMA

AUSPICIO

CABEZA DECAPITADA

SACRIFICIO

TALLO

GEMA

TIEMPO


Repentinamente, todo cesó y el joven se levantó bañado en sudor frío. El despertador no había sonado y llegaba tarde al instituto.


LOSING OUR RELIGION: VOLUMEN I

COMIENZO DEL PRIMER ACTO: HIJOS DE LA DECADENCIA

Losing Our ReligionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora