El resto de la mañana transcurrió con normalidad. Acudí a mi clase de historia de la literatura, en la que hicimos un recorrido histórico desde Charles Dickens y George Orwell hasta J.R.R. Tolkien y J.K.Rowling. La profesora me resultó muy simpática y atenta, ya que nos hizo sumergirnos de lleno en un debate acerca de estos autores, y finalmente tuve clase de crítica literaria en la planta baja del edificio, aunque esta última no me resultó tan atractiva.
Llegó la hora del almuerzo y, al salir de mi última clase me encontré esperando en la puerta del aula a Sophie, acompañada del chico extraño de esta mañana.
- ¿Qué dice esa empollona? ¿Qué tal tu primer día, novata?- dijo, mientras reía a carcajadas y me abrazaba, presionándome contra su pecho.
- Podía haber ido peor. ¿Tus clases?-pregunté, intentando sonar esperanzada e interesándome por cómo había ido su mañana.
- ¡De locos, tía, no podía haber empezado mejor! De las seis asignaturas que tengo, sólo vamos a tener clase de dos por el momento porque no hay profesores para contratar. ¿No te parece espectacular? Así que fiesta, fiesta y más fiesta, aunque bueno, supongo que eso ya lo sabes. – dijo, sonando un tanto misteriosa.
- Disculpa, pero... ¿saber...qué?-pregunté, nerviosa porque no sabía con qué podía salirme ahora esta chica.
- ¿Cómo que...? ¿No...? ¡Ah... no, no, claro que no!-aquel chico extraño la interrumpió y no la dejó proseguir con sus balbuceos. –Quiero decir, que os avisarán después de comer a los estudiantes de literatura. Es una sorpresa que os hemos preparado los veteranos, ¡así que intentaré no irme de la lengua antes de tiempo!, ¿eh, Louis?-dijo, mientras lanzaba extrañas muecas y miradas al famoso chico con el que habíamos venido hoy a clase. Al menos, ya sabía que se llamaba Louis. Empezaba a pensar que era mudo o demasiado tímido, porque no había pronunciado palabra alguna desde que nos habíamos visto.
- Perdona, Lisa. Mi nombre es Louis, Louis Anderson. Soy el hermano de Sophie. Estoy en segundo de derecho, aunque también me encanta la literatura. Sin duda, es mi sueño frustrado no haber podido estudiar esa carrera. Disculpa lo de esta mañana, estaba molesto con mi hermana porque siempre que me trae a la facultad llegamos tarde. No respeta ni el primer día de curso...-dijo Louis. Sin duda, me llevé una gran sorpresa con él. Además de que hablaba, era el hermano de Sophie (aunque no se pareciesen demasiado) y amante de la literatura. Parecía un buen chico, desde luego.
- No nos parecemos ni en el blanco de los ojos, ¿verdad? Si es que ya se lo digo yo, que asuma de una vez que es el niño adoptado de la familia. Pero sigue en sus trece, oye...-todos nos echamos a reír ante la ocurrencia de Sophie. Pero tenía razón. No se parecían demasiado. Sophie era rebelde, frenética y acelerada, mientras que Louis tenía pinta de ser todo lo contrario. Sin embargo, ambos me parecían buenas personas.
De repente, un chico musculoso y lleno de tatuajes se acerca hacia nosotros, concretamente hacia Sophie y se aferra a su cintura mientras le agarra el rostro y le planta un morreo delante de todos:
- Hola, princesa. ¿Qué tal tu mañana? Ya te echaba de menos...
- Te la resumiré diciendo que se avecinan muchas fiestas a lo largo del cuatrimestre. Lo tengo aprobado, ¿tú qué? Yo también te echaba de menos a ti... ¡Por cierto, se me olvidaba! Esta es Lisa, Lisa Thomson, novata de literatura. Lisa, este es Harry, Harry Young, mi "amigo especial". –ambos echaron a reír al decir la palabra "novata", lo que hizo que me acordara de aquel plan misterioso del que me habían hablado Sophie y Louis apenas unos minutos.
- Bueno, ósea que novatita... muy bien, muy bien. Vete preparándote para la bienvenida que esta ciudad te va a brindar. Yo la definiría como, no sé, ¿inolvidable?-Harry empezó a reírse al unísono de Sophie. Mientras, Louis sonreía por lo bajo.
- No la asustéis. No va a ser para tanto, Lisa. Te lo vas a pasar bien, ya verás. –dijo Louis, con ánimo de intentar tranquilizarme. Sin embargo, logró, indudablemente, el efecto contrario.
Era mediodía y decidimos salir del edificio central para ir a comer a la cafetería. Esperaba que tuvieran algún menú decente o una especie de buffet porque, de no ser así, no sé en qué momento del día podría echar bocado a algo. La nevera estaba vacía y no había podido hacerme una triste ensalada para comer en la facultad. Y tampoco tenía qué cenar, así que intentaría averiguar dónde se encontraba el supermercado más cercano para ir a hacer la compra de la semana al salir de clase.
Al llegar a la cafetería, nos encontramos un enorme buffet lleno de platos suculentos y deliciosos, con una pinta increíble. Así, imito lo que hacen Sophie, Louis y Harry y agarro una bandeja de una estantería metálica, a la cual voy añadiendo los cubiertos, la bebida y los platos de comida. Me decanté por un puré de verduras y un pescado al horno con patatas. Agarré el botellín de agua, pagué y seguí la dirección de los demás, cuando, de repente, observé que se sentaban en una mesa de la terraza, ya ocupada por varios chicos altos, morenos y de ojos claros, entre los que se encontraba el chico del lunar que había conocido nada más llegar esta mañana a mi primera clase.
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HILO ROJO
RomanceLisa siempre ha vivido una vida muy planeada, organizada. Sentía que vivía tranquila y feliz sin altercados ni imprevistos que la atormentaran. Era feliz con su familia, sus pocas pero buenas amigas y Mark. Pero todo eso un día cambió y se dio cuent...